Una vez me preguntaron, que haria yo si no tuviera miedo?
Obviamente nadie me lo preguntaria sabiendo de lo que soy capaz de hacer, pero habria contestado, averiguar qué soy capz de hacer como persona. Con mis "dones", esta tortura que me ha hecho estar aqui encerrada ahora mismo, lo que le arrebato a la libertad a mi hermana y ahora estará pensando en que no le queda a nadie. Mis padres como ya sabreis no van a volver, pero si no tuviese miedo, si fuese capaz de dominarme, sencillamente me gustaria saber quien soy, quienes fueron mis padres.
Nos abandonaron porque sabian que yo tenia telequinesis? Quizá porque era debil? O porque era fuerte?
Son cosas que no comprendo, y mientras tenga miedo no comprenderé.
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-Siéntese, Srita...?
-Lêa. -dije seca con un hilo de voz al corpulento personaje qye tenia delante de mi, llevaba una placa metalica en la chaqueta de su uniforme, y las estrellas en él delataban que deberia de pertenecer a alguna organizacion del ejercito, como poco. Pero, qué organización del ejercito se encarga de atrapar a un puñado de adolescentes para arrebatarles sus vidas, o peor, la posibilidad de vivirlas?
Definitivamente no me gustaba este tipo, y menos cuando no ha hecho dos preguntas y ya esta apuntando ligeramente sus dedos hacia la pistola electrica de su cinturón.
-Bien, Lêa, sabes por que estas aqui?- su voz sonaba cansada, ruda, como quien no tiene muchas ganas de trabajar pero gana una o pasta con ello, como debería ser el caso, a juzgar por que su trabajo es relajar a unos adolescentes con poderes que se creeran rebeldes con o sin ellos.
-No.
-Mientes.
-No. -Mentí. Estaba claro que tenia yna cierta idea, no todos los dias se ve gente con poderes por los pasillos de una "institución" llena de gente que no llegará a los 25, seguramente.
-Está bien, esta prueba no va a servir de nada si no colaboras. Seré sincero contigo, chica. Como habrás podido comprobar, a nadie de aqui le faltan dones...interesantes o poco comunes, desarrollos mentales más...dificiles de controlar, que la mente normal.
No me gustaba su tono impertinente y sabelotodo, y por un momento de rebeldia ante el gigante de la chapa de metal, le imterrumpí sin esperar consecuencias a mis palabras:
-Es decir, dones opresores si se tratan mal, y oprimidos al tratar de encerrarlos en este sitio.
No sabia las verdaderas consecuencias de mis actos, pero no me detuve a titubear.
- Oh, no señorita Lêa, se equivoca. Aqui todos poseemos dones muy valiosos, pero otros no saben usarlos, y no son de gran utilidad, asi que los...
-matamos.
-Restringimos. -me corrigió con un tono mas grave y rudo que hasta entonces. Seguidamente se giró dispuesto a marcharse, o al menos eso pharecia, aunque me picó la curiosidad por saber qué don seria el suyo, y me dispuse a preguntarselo.
-telepatia. - Habló, anticipandose a mis propias palabras. - Espero grandes cosas de su mente, señorita, y de usted. No nos haga recordarselo. Hagalo por usted, o por sus hermanos, pero tengalo en cuenta.
Eso era una amenaza? Quiza, tenia un expediente de mi? O sera verdad que tiene telepatia y que aqui todos tienen algo extraño?
Despues de la reunion interrogatoria con el rudo de la chapa, tengo clara una unica cosa, tengo que ir a hablar con la niña del pelo azul.
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LA TELEQUINESIS DE LÊA
ParanormalLêa, una niña de quince años que parece normal, tendrá que empezar el instiuto este año, conocer personas maravillosas, y otras que le harán perder la paciencia. Si la gente empieza a ver las cosas extrañas en su comportamiento ( o en su mente...) p...