Me lave las manos y me puse a pensar como podría atraer a mi ultima víctima...
Después de meditarlo, opte por engatusarlo...
Decirle que no había rencores...
Que solo quería una buena despedida...
El muy imbécil cayo redondo...
Le dije que tenía una casa a las afueras de la ciudad donde nadie nos iba a molestar...
Le dije al oído todo lo que le iba a hacer, de una manera muy sexy...
El muy tarado nunca sospechó nada...
Entramos a la casa, jugando con nuestros cuerpos...
Besándonos y tocándonos de manera muy insinuante...
Hasta que llegamos a la habitación donde empezaría el juego...
Solo se podía ver una cama de dos plazas en medio y a un costado una mesita con varias bebidas alcohólicas...
Al otro lado había una cortina dividiendo la recamara...
Le dije que allí solo había cajas viejas, que aún no había tirado...
Allí estaban sus dos amigos...
Lo recosté en la cama y le puse unas esposas, diciéndole que sería mucho mas excitante así...
Lo desnudé lentamente...
Acaricié cada centímetro de su fisionomía...
Hasta que llegué a su pene...
En ese momento, saqué de mi espalda un afilado cuchillo y le corté su miembro desde la raíz...
Un grave grito resonó por todo el lugar...
Y yo aproveché para ponerle su propia media en la boca...
"Me parece lo mas justo, ¿no crees?" le dije sonriendo aun con su pene en mi mano...
"Si yo no puedo tener hijos nunca más, vos tampoco deberías"
Su sangre brotaba de su pelvis como una catarata carmesí...
Por supuesto no eso no era todo...
Corrí la cortina, mostrándole a sus dos amigos...
"Te mereces ver como se mueren"...
Y pasé mi cuchillo por la garganta del moreno, que hacía solo instantes había recobrado el conocimiento...
Me giré al otro y realicé el mismo movimiento...
Viendo como brotaba ese líquido rojo de su cuello...
Pasé mi mano por sus gargantas y no pensé antes de volver a acariciar el cuerpo de mi entrenador personal...
Del culpable de mis desgracias...
Este no sería su fin...
O claro que no...
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A 3 metros bajo tierra...
General FictionNo se si lo que quiero es seguir viviendo, no se si este mundo está hecho para mí. Tal vez debería olvidarlo todo, y darme por vencida. Tal vez debería dejar de soñar, con algo que nunca va a llegar. Los príncipes no existen, y si existieron, ya d...