A unos kilómetros de la fosa, se encontraba una casa en ruinas abandonada...
Decidí llevarlo ahí quería que sufriera...
Ese tipo de hombre que se burla de las desgracias de alguien mas se merece lo peor...
O al menos sufrir lo que provoca en otros...
Lo encinte a una silla que había en el lugar y quise empezar a divertirme con él...
Esperé paciente a que despertara, no vale de nada hacerle daño si no es consciente de ello...
Al cabo de un momento salio de su estado de inconsciencia y me miró agrandando sus ojos tanto, que creí que se saldrían de su órbita...
No podía gritar, ya que había encintado si boca...
Tampoco moverse, estaba muy bien amarrado...
Miré hacia mi derecha, sobre lo que alguna vez fue la mesada de la cocina de aquella casucha...
Allí había dejado algunos juguetes...
Unas pinzas, un cuchillo, un bisturí, un martillo, y un rollo de alambre de púas que encontré en la entrada de aquel campo...
Comencé con algo sencillo, enrolle el alambre de púas en sus brazos y en su torso...
Y le saqué las cintas que lo ataban, quería ver como se lastimaba el mismo al querer escapar de mi castigo...
En un momento lo miré a los ojos y vi mucha rabia en ellos...
Oh no, no era rabia lo que quería ver...
Era miedo...
Quería que temiera de lo que era capás...
Así que tomé las pinzas y le arranqué una uña de la mano...
Sus ojos se cristalizaron, pero no cayo ni una sola lágrima...
Así que seguí con las otras nueve que quedaban...
Esto iba a ser muy entretenido...
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A 3 metros bajo tierra...
Ficción GeneralNo se si lo que quiero es seguir viviendo, no se si este mundo está hecho para mí. Tal vez debería olvidarlo todo, y darme por vencida. Tal vez debería dejar de soñar, con algo que nunca va a llegar. Los príncipes no existen, y si existieron, ya d...