9. A baby sister?

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- ¡Adiós Nancy!- gritó Rose cuando la chica bajó del coche.

La chica Wheeler solo río mientras movía su mano en forma de despedida.

- ¿Macman?

- Macman- afirmó la chica.

Macman, el lugar de reuniones de Steve y Rose. Lo descubrieron un día que sus padres los llevaron al centro de la ciudad a un restaurante. Si bien los vecinos no habían presentado demasiado afecto antes, esa vez fue completamente diferente. No pudieron probar bocado cuando sus padres comenzaron a hablar de un compromiso, Steve enloquecido, les dijo que salía con Nancy, sus padres la menospreciaron y huyó. Rose se sintió tentada a dejarlo ir evitando malos entendidos de su madre que la perseguirían el resto de su vida pero al final fue tras él, si él lo había hecho antes ¿Porque ella no?. Cuando lo encontró se metieron al pequeño restaurante de comida rápida sin pensarlo mucho, desde eso momento Rose dijo que nunca volvería a comer una hamburguesa que no fuera de Macman.

- ¿Como te fue en tu primer día?- le preguntó el chico, ya en el local de comida rápida.

- El 50% de mis profesores me odian.

Steve exploro en carcajadas, la chica lo dijo con molestia pero aún así sus ojos delataban que estaba preocupada.

- Tu faceta intelectual no queda con tu fachada de chica mala, Rose.

- Claro, y por ese motivo debo de sacar F en mis notas como tú. Para que quede como una chica mala.

- Y cool, no lo olvides.- le dijo mientras la señalaba con una papa frita.

- Eres una pésima influencia, Harrington.

- Ni que tu fueras un ángel.

[...]

-¡Rose!

El grito de su madre se hizo presente en el momento en el que cruzo la puerta de su casa.

- Me podrías decir ¿Donde estabas?, hace dos horas que saliste de la escuela.

Miro el rostro cubierto de enojo de su madre, y pensó que iba a cometer un gran error.

- Fui a comer con Steve.

Al escuchar las palabras de la chica su enojo se esfumó, he inmediata mente Rose supo que había firmado su sentencia.

- Oh.

- ¿No dijiste que ibas a llegar tarde hoy?

Las palabras recordaron a Elenor lo que tenia que decirle a su hija.

- Tu padre tuvo un problema en la empresa y se fue a Nueva York.

El rostro de la chica se contrajo en una mueca.- Pero...no me pude despedir.

- Tal vez su hubieras estado cuando llegue hubieras podido.

Sabía que su madre ya no se encontraba enojada, y lo que acababa de decir para ella no sonaba para nada cruel. Pero al final Rose sintió devastado por no despedirse de su padre.

[...]

Sus manos eran la prueba de su obra maestra. Los colores se impregnaban en ellas como su segunda piel.

Trato de no pensar mucho en su error y simplemente dejarse llevar, al final las pequeñas curvaturas y los apagados colores delataban su arrepentimiento.

Cuando escuchó los golpes en la puerta no pudo hacer más que abrir y enfrentarse a su madre. Sorpresa se llevó al encontrarse a una mujer de cabellos castaños que pareciera consumida en nervios.

- Señorita.

La chica frunció el sueño al escuchar tanta formalidad de parte de la persona frente a ella.

- ¿Quien es?

- Se podría decir que su niñera- la señora de cabellos castaños sonrió esperando que aquel momento dejase la incomodidad a un lado. Y esperando de la adolescente no enloqueciera.

Rose la miro con incredulidad.

- Esto no es posible- sus palabras fueron apenas audibles.

Su madre no había requerido a una niñera desde hace años, su interés por su hija había decaído desde el accidente. Poco le importaba lo que la chica hiciera. Así que Rose se encontraba completamente sorprendida de la mujer frente a ella.

- ¿Está mi madre?

- No, salió. Dijo que ocupaba ir a un voluntariado en el hospital.

La chica suspiró para después volver su vista hacia la mujer.

- ¿Como se llama?

La mujer le miró con sorpresa antes de contestar:

- Joyce Byers.

[...]

- Llegaste temprano, pensé que tardarías por tu nuevo empleo.

El chico dejó a un lado la preparación de la cena para voltearse hacia su madre.

- Pensé que los ricachones te exprimirían hasta acabar contigo - le dijo.

Joyce río por el comentario para después acercarse a su hijo - Resultó no ser tan terrible como piensas.

- ¿Tan? - Jonathan la miró acusandoramente.

- En realidad no fue difícil, de hecho la chica se la pasó encerrada en su habitación pintando - le dijo mientras servía la comida y la acomodaba en la mesa.

- Un tanto caprichosa y mimada, ¿No?

- En realidad solitaria - sus palabras demostraron su constante sentido materno - Ademas de linda.

Las últimas palabras las dijo mirando a su hijo con picardía.

- Oh por favor no hagas eso madre - se quejo mientras tapaba su rostro contenido en risa.

- ¿Que? Solo estoy diciendo la verdad.

- Solo no te pongas en modo casamentera.

Su madre río dirigiéndose hacia las recámaras.

- Quiero nietos Jonathan, aún no, pero quiero - le dijo antes de desaparecer por la puerta de la habitación de su hermano.

Bad friendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora