Siempre me pregunto dónde quedó ese Tobias de 5 años que amaba estar en casa, jugar con su papá, comer lo que hacía mamá, ir al colegio y contarle a sus papás todo lo que había aprendido.
Siempre me pregunto dónde quedó ese niño inocente, que no entendía nada de la vida, pero que en ese entonces era realmente feliz, sin preocupaciones ni problemas.
Ahora, este actual Tobias, con ya 18 años, no quiere estar más en la misma casa que sus padres, no quiere más tener el mínimo contacto con su progenitor, no quiere más tener que ver la cara de su madre todos los días.
Solo quiere volver a ser un niño, por lo menos en esa época todo parecía más fácil.
Me convertí en alguien tan triste y derrotado, a veces llego a tener pena de mí, sintiéndome miserable. Perdí la cuenta de cuantas veces me pregunté ¿Por qué yo? , y nunca recibí respuesta.
Reía tanto, sonreía tanto. Y hoy en día sacarme la más mínima sonrisa es algo casi imposible.
Lo que más deseo es volver a ser completamente feliz, volver a ser el mismo de antes.
Muchos en la vida me han llamado de "monstruo sin sentimientos" , y tal vez lo sea.
Pero, este monstruo creo que no fue así la vida toda, porque todavía llora y se lastima cuando es dañado con palabras que más parecen flechas con fuego.
