D O S

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[♥]

Tres semanas desde que salgo con John. A veces me saca de quicio, quisiera asesinarlo con mis propias manos, pero eso será otro día, hoy tengo una cita y tengo que ponerme linda para él.

— ¿por qué tengo que hacer esto?— pregunté.
— porque somos mejores amigas y me ayudarás a darle una lección a ese tonto.
— si no te quisiera tanto no hubiera aceptado hacer esto— sonó el timbre— es John. Cuando me vaya con él tienes que esperar unos minutos para salir de casa, si te ve sospecharía— sonreí y salí, John estaba en la entrada con una caja de chocolates.
— son para ti— sonrió.
— gracias cariño— los dejé en una mesita que estaba cerca y nos fuimos caminando hacia su casa. Cuando llegamos nos abrió una señora y nos dejó pasar.
— Madison, ella es mi Mimi, mi tía. Mimi, ella es Madison, mi novia— sonrió.
— hola, mucho gusto señora— le dí la mano.
— mucho gusto cariño, puedes llamarme Mimi— sonrió— nunca había conocido a una novia de John.
— Mimi, es que, Madison es mi primera novia— sonrió y me miró.
— bueno chicos, la cena está lista, lavense las manos y se sientan— hicimos lo que nos pidió y comenzamos a cenar. John no se cansaba de alagarme y de hacerme sentir especial, era muy diferente a el John que conocía.
Cuando terminó la cena, agradecí a Mimi y John me acompañó a casa.
— me la pasé muy bien John— sonreí.
— y yo— rio— aunque estaba nervioso, tenía miedo a que Mimi hiciera algún mal comentario.
— Mimi es un amor— reí— no debiste de mentirle.
— ¿de qué hablas?
— de que soy tu primera novia.
— lo eres— sonrió.
— John, no mientas, has estado con otras chicas antes.
— sí pero nunca fueron mis novias, sólo era para pasar el rato— se encogió de hombros— pero contigo es diferente, las demás trataban de hacer lo imposible para llamar mi atención, tú sólo me hiciste sentir bien conmigo mismo— tomo mi mano y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza. El resto del camino fue silencioso, sólo se escuchaban nuestros pasos y respiraciones— llegamos— nos detuvimos en la puerta y me soltó— nos vemos luego— me besó en la comisura de mis labios, dió la vuelta y caminó. Corrí detrás de él y lo tomé de la mano.
— John, espera— antes de que dijera algo lo besé, correspondió después de unos segundos y me apegó más a él. Fue mi primer beso, nunca pensé que sería con John Lennon, al chico que tanto había odiado. Me separé de él y sonrió.
— ¿y eso?
— fue mi primer beso Johnny— se acercó a mí y volvió a besarme. Algo estaba cambiando dentro de mí, no quería dejar de besarlo. Nos separamos por falta de aire y sonreímos. Lo miré a los ojos y me dí cuenta en el grave problema en el que estoy metida, yo, estoy enamorada de John, estoy más que segura.

Entré a casa y me miré al espejo, tenía un leve rubor en mis mejillas y mis ojos tenían un brillo. Miré la caja de chocolates que John me dió, la tomé entre mis manos y la abracé como si fuese mi amado.

[♥]

Ya habían pasado cinco meses desde que John y yo salimos, estoy más feliz que nunca pero me preocupa que Margareth siga pensando en lastimar a John.

— Madison ¿qué ha pasado en estos meses?
— tengo que confesarte algo— dije cabizbaja.
— dime— la miré y suspiré.
— Margareth, perdón pero, no puedo hacerle daño a John.
— ¿por qué?
— me enamoré de él.
— ¿es una broma verdad?— rio— Madison, tu odias a Lennon desde hace tiempo.
— eso cambió, ahora él es diferente— sonreí.
— no puedo creerlo, eres una tonta— gritó— te hará lo mismo que a mí.
— no lo ha hecho Margareth, hemos estado juntos desde hace cinco meses. Tú y el estuvieron juntos un par de semanas y te botó.
— no quiero volver a ser tu amiga— se dió la vuelta y me dejó sola. Ese mismo día John y yo salimos, fuimos a su casa y Mimi nos dió de almorzar.
Estábamos sentados en la sala, John tenía la guitarra en sus manos y tenía puestos sus lentes.

— chicos, tengo que salir— dijo Mimi— regreso a la hora de la cena, los quiero— salió de casa y nos dejó solos.
— bueno, ¿qué quieres hacer?— preguntó.
— no sé Johnny, ¿y tú?
— se me ocurre, besarte hasta que me cansé— me apegó a él y me besó, primero fue lento y tierno, después la intensidad subió.

Comenzó a besar mi cuello, yo soltaba pequeños sonidos guturales y tenía mi respiración agitada. Me cargó y me llevó a su habitación, me sentó al borde de su cama y me miró por un largo tiempo.

— ¿q-qué sucede?
— no logro comprender... ¿por qué me encantas tanto?— sonreí ante su comentario y se sentó junto a mi para besarme de nuevo. Llevé mis manos a su cabeza y comencé a enredar mis dedos en su cabellera. Me senté en sus piernas sin dejar de besarlo, sentía su erección, eso me hizo soltar un gemido, me quitó la blusa y después el sostén. Me recostó en la cama y miró— eres tan perfecta cariño— sonrió y volvió a besarme, dejó un camino de besos desde mi cuello hasta mi vientre. Se llevó uno de mis pezones a la boca, mordía, succionaba y lamía, mientras que atendía el otro con su mano.
— John, no, espera— no se detuvo— aún no estoy preparada— me miró confundido. Creí que en cualquier momento me sacaría a patadas o que sería el final de nuestra relación.
— está bien mi cielo— besó mi frente y me pasó mis prendas— pero, prométeme algo— lo miré y asentí. Se acercó a mí rostro y sentí su respiración— promete que yo seré tu primera vez, promete que yo seré el que te haga mujer, promete que seré el primero y el único en hacerte el amor.
— lo prometo cariño— lo besé.

[♥]

16 de julio, 1957

— mamá, has estado rara últimamente.
— hija, necesito hablar contigo.
— claro mamá ¿qué sucede?
— es sobre tu futuro Madison— suspiró— cielo, estudiarás en el extranjero.
— ¿disculpa?
— lo que oíste, te irás en un semana a Estados Unidos, así que empaca tus cosas— se levantó y se encerró en su habitación. Esto no podía estar pasando, John y yo cumpliremos siete meses de novios dentro de dos semanas, no puedo irme.

Me senté frente a John, estaba triste y no sabía cómo hacerle saber que me iría.

— John.
— ¿qué pasa cielo?
— debemos terminar.
— ¿qué?
— ¿no entendiste? Esto terminó John.
— no Madison, no puedes hacerme esto— dijo con lágrimas en los ojos— yo te amo.
— lo siento John— me levanté y salí corriendo a mi casa, mañana sería el día en que me iría.

Estaba en el aeropuerto, esperaba mi vuelo, mamá estaba feliz, en mi caso era todo lo contrario, no sé qué pasaría, John me debe de estar odiando.

— pasajeros del vuelo veinticinco con destino a Estados Unidos de América, por favor de abordar, última llamada— mi mamá sonrió y me miró, yo hice lo mismo pero forzadamente. Subimos al avión y en menos de diez minutos despegó, lloré, dejé a la persona que más amo, dejé lo mejor de mí adolescencia en Liverpool.

No Hay Quinta Mala (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora