D I E Z

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Entré a mi casa con una enorme sonrisa, me sentía muy feliz al saber que aún hay sentimientos entre nosotros. No sé cómo es que mi odio hacia John se convirtió en amor.

Cada vez que estoy cerca de él me provoca mucha paz y sobre todo felicidad.

[♡]

Paul y yo estábamos tomando una taza de té en su casa, estábamos preparando todo para la fiesta de John, pues él se merecía más que un pequeño pastel.

— ¿Invitarás a los Stones?— pregunté.
— ¿Te agradan?— preguntó.
— No he tenido el gusto de entablar una buena conversación con ellos— reí— pero creo que a John le agradará verlos.
— Vale, los invitaremos— dijo mientras anotaba el nombre de cada chico— ¿invitaremos a Cyn?
— Diablos, no lo sé— mordí mi labio inferior— ¿tú qué piensas? Es tu amiga
— También tuya— bufé.
— Tú llevas más tiempo de conocerla.
— Pero ustedes se entienden más, son chicas— rió— dime, ¿a ti te gustaría ver a tu ex alcoholizado y follando con diferentes chicas?— le eché la mirada— oh cierto, tienen al mismo ex.
— Gracias por recordarlo.
— Bueno, tú eres su ex e irás, entonces creo que ella también tiene derecho.
— Punto para McCa.

Estuvimos toda la tarde haciendo la lista de invitados, las bebidas, la música, entre otras cosas.

— Bien, ahora que ya tenemos todo listo, dime ¿qué pasó entre tú y Lennon anoche?
— Nada ¿qué tendría que pasar?— reí nerviosa.
— Te conozco Madison, tu cara te delata.
— Aún tiene sentimientos por mí, Paul.
— Madison, la mujer más distraída del mundo.
— Hey, no es verdad.
— Todo el mundo sabe que John está enamorado de ti, no es novedad.
— Déjame terminar— dije— como decía, aún tiene sentimientos por mí, y yo por él y buen...
— Al grano.
— Nos besamos.
— ¿Y después?
— Sólo fue un beso.
— No lo creo— rió— ¿tú y John sólose besaron?
— Sí ¿qué se suponía que teníamos que hacer?
— Follar— rió y yo fruncí el ceño.
— Será mejor que me vaya a casa— tomé mi bolso y me dirigí a la entrada.
— Mad, no te vayas— me siguió— ¿por qué te molestas? No es como si nunca lo hayan hecho— rió— ¿O me equivoco?
— Yo aún soy virgen— contesté avergonzada.
— Diablos, yo no lo sabía Mad.
— No te preocupes, se hace tarde Paul, adiós — sonreí y él devolvió el gesto.

¿Es tan raro que una chica aún sea virgen a mi edad? Por supuesto que no, no entiendo por qué se alborotan por eso.

Tomé el primer taxi que encontré y me fui a casa a descansar.

[♡]

Llegó el día, hoy era la fiesta de John.

Tomé una ducha, no sin antes elegir el atuendo que iba a ponerme más tarde.

El teléfono sonó.

— ¿Hola?— pregunté.
—Hola Mad.
— George, hola ¿pasa algo?
— Nada, ¿estás lista para esta noche?— preguntó— recuerda que yo pasaré por ti.
— Lista Georgie, no tardes, recuerda que tenemos que llegar antes que los demás.
— Vale, nos vemos a las 9:00— colgó.

Apenas eran las 6:00 pm, así que tenía tiempo para comprar el regalo de John. Fui caminando hacia el centro comercial más cercano y entré a la joyería.

— Buenas tardes señorita— dijo un señor que atendía el lugar— ¿busca algo en especial?
— Hola, buenas tardes— sonreí— es el cumpleaños de un— hice una pausa— amigo, y no sé qué podría regalarle.
— ¿Es su amigo o su novio?—reí.
— Estamos saliendo, aún no es nada formal.
— Ya veo— sonrió— creo que tengo algo que podría agradarle, en un momento vuelvo— el hombre se dio la vuelta y entró a un cuarto. Yo estaba mirando algunas cadenas, collares y anillos— miré señorita, es una cadena de oro, dieciocho quilates.
— Vaya, es preciosa— sonreí— estoy segura que le encantará.
— ¿Quiere que grabe algo sobre ella— asentí.
— Madison y John— contesté.
— Perfecto, en cinco minutos está lista— sonrió amablemente.

Regresé a casa con el regalo para John, eran las 7:30, así que comencé a ponerme bonita. Llevaba un vestido color blanco con unos tacones rojos, dejé mi cabello suelto pero le di volumen, de maquillaje sólo me hice las pestañas y pinte mis labios de un lindo rojo.

Me miré al espejo y sonreí pues quedé satisfecha conmigo misma.

La hora llegó, y George vino a recogerme en su auto.

— Nena ¿cómo estás?
— Emocionada, ya quiero ver a John— contesté.
— Pues vamos, sino los chicos van a adelantarse— dijo con una sonrisa.

Al llegar al salón donde sería el evento, algunas personas ya estaban presentes, logré reconocer a algunas, pero me limité a saludar.

— Llamó Ringo desde la casa de John, estarán aquí en veinte minutos— me informó Harrison— les dije que le vendaran los ojos— rió.
— Es perfecto, iré afuera para recibirlos— sonreí y salí del lugar.

Ya habían pasado unos 30 minutos y no llegaban, decidí prender un cigarrillo, y antes de terminarlo ellos llegaron y bajaron a John del auto.

— Cuidado por donde pisas— advirtió Ringo.
— Lo haría si no tuviese una venda en los malditos ojos.
— De cualquier manera, estás ciego Lennon— se defendió Ringo e intenté no reír.
— Lo siento Mad, es que pasé por unas cosas— dijo Paul susurrando.
— No hay problema— dije en el mismo tono— vamos adentro. Los chicos hicieron caminar a John, y antes de que ellos ingresaran al lugar, les advertí a los invitados que Lennon ya estaba aquí.
— ¡Sorpresa!— gritaron en cuanto John se quitó la venda. Muchos fueron a felicitarlo y a darle algunos regalos. Me miró a lo lejos y sonrió.
— Madison— gritó.
— John— respondí con una sonrisa— ven aquí— John se acercó y me dió un fuerte abrazo— Paul me dijo que fue tu idea— sonrió.
— Algo así— reí— pero no hicimos esta fiesta para hablar— tomé su mano— vamos a bailar— asintió y pasamos a la pista.

John se hacía el gracioso de vez en cuando, definitivamente nunca podrías aburrirte si estás con el fabuloso John Lennon.

— Oye, iré con algunos amigos ¿vienes?
— No gracias, quiero pasar un rato con Maureen— sonreí.
— Vale, en un rato te busco, necesito darte algo— sonrió y se fue.

Busqué a Mo entre toda la multitud, pero en vez de eso, choqué con un chico.

— Lo siento— dije sin más y decidí avanzar.
— Espera— me tomó de la muñeca y de inmediato lo miré— hola ¿eres Madison?— asentí— mucho gusto, soy Alain Delon— sonrió.

No Hay Quinta Mala (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora