C U A T R O

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[♥]

Me encontraba en la cocina con Paul preparando algunos bocadillos para los chicos, él y yo nos volvimos mejores amigos aunque algunos decían lo contrario.

— quiero saber algo— nos miramos— ¿de dónde conoces a John?
— desde que tenía cinco años, él y yo éramos compañeros de escuela. Aunque yo lo odiaba, y mucho— reí.
— ¿por qué?
— era insoportable, desde que lo escuché hablar me entraron unas ganas de asesinarlo— reí.
— ocultas algo, a mí no me engañas.
— En el último año de secundaria, John y yo fuimos novios— sonreí— estuvimos seis meses juntos, pero tuve que seguir con mis estudios en el extranjero y perdí todo contacto con él.
— ¿lo querías?— preguntó.
— querer es poco, con él fue mi primer beso— sonreí— creo que aún siento algo por él.
— ¿creés?
— bueno, aún siento algo por él, pero está casado y tiene un hijo.
— al menos dile lo que sientes.
— tienes razón, gracias Paulie— le dí un abrazo y un beso en la mejilla. En eso entró John.
— ¿interrumpo algo?— preguntó.
— no John, ¿qué pasa?
— venía a ayudar, pero creo que no necesitan ayuda— salió y Paul me miró.
— se enojó— dijo y rio.
— llevemos los bocadillos ¿vale?— Paul y yo salimos con los platos y los dejamos en la mesita de el centro— aquí están, no coman muy rápido o les hará daño— los chicos comenzaron a comer y después empezamos a charlar de cualquier cosa que se nos ocurriera.
— George, por favor regálame un cigarro— dijo John.
— toma— después de darle el cigarro y un encendedor salió al patio trasero a fumar.
— habla con él— dice Paul y yo obedecí. Tenía una mano dentro de la bolsa del pantalón y con la otra sostenía el cigarro, estaba mirando hacia algún punto del cielo y me paré justo a un lado de él.
— ¿ya viste? Esa nube tiene forma de tortuga.
— tienes razón— reí.
— hace mucho que no hablamos... ¿cómo has estado?
— mi vida es una caja de sorpresas... Aún estoy mal, mi mamá murió hace unos meses.
— lo siento mucho.
— no te preocupes, creo que ya era su destino— me abrazó y me dió un beso en la frente.
— te extrañé— volvió a darme un beso pero esta vez en la mejilla— me hiciste mucha falta.
— y tú a mí, John.
— ¿por qué te fuiste?— dijo con la voz entrecortada— días después de que me terminaras, fui a tu casa, te llamé varias veces, te busqué hasta por debajo de las rocas, hasta que una de tus vecinas dijo que se habían ido de Liverpool. Me hiciste mucho daño.
— perdón Johnny, no quería hacerlo.
— lo que importa es que volviste Madison— aún permanecimos abrazados, nos importaba muy poco el frío que estaba haciendo, en ese momento sólo éramos él y yo, nadie más existía en nuestra pequeña y mágica burbuja.
— John— dijo una voz femenina, era Cynthia. Nos soltamos rápidamente y el ambiente se volvió incómodo— Julian te espera en la sala— dijo y volvió a entrar.
— creo que está enojada.
— tranquila, últimamente se ha portado así— dijo y entramos a la sala.— Julian ¿como estás campeón?— dijo y cargó a su hijo— bueno, tenemos que irnos, nos vemos mañana.
— adiós a todos— dijo Cynthia. Salieron de ahí y Paul me indicó con la mirada que lo siguiera a la cocina. Entré detrás de él y se sentó en un banco.
— ¿y bien?
— no se lo dije.
— ¿por qué?— frunció el ceño.
— llegó Cynthia y no pude decirle nada— bajé la cabeza.
— mañana habla con él y dile.
— ¿crees que es el momento?
— claro, sino ¿por qué crees que volvieron a encontrarse?— sonrío— el destino tiene algo preparado para ustedes— dijo y salió de la cocina.

[♥]

Me levanté con pereza, me vestí con un atuendo cómodo y salí con rumbo a casa de Brian .

— hola chicos— dije— ¿como están el día de hoy?
— por el momento bien— dijo Ringo.
— un poco cansado— dijo George y se aventó a la silla.
— eres un exagerado George— dijo Paul— yo estoy bien gracias por preguntar Madison— sonrió.
— ¿aún no llega John?— pregunté y negaron con la cabeza.

Esperamos a John mientras Paul y George me enseñaban a tocar la guitarra.

— soy un asco, se los juro— reí.
— estás aprendiendo, es normal que te sientas así— dijo George— sostén la guitarra así, ¿vale?— seguí las instrucciones que me dió George.
— ¿así?— pregunté.
— ¡exacto!— dijo— Paul, ahora te toca, iré a prepararme un emparedado.
— deja de comer tanto, vas a engordar— dijo Paul y me quitó la guitarra— John no tarda en llegar, ¿ya tienes preparado lo que dirás?
— sí— dije— aunque estoy muy nerviosa.
— tranquila Madison, todo va a estar bien— no me contuve y abracé a Paul, se porta tan lindo conmigo, es como el hermano que siempre deseé. Abrieron la puerta y Paul y yo nos separamos, era John con el ceño fruncido.
— ¿por qué llegas tarde?— preguntó.
— por nada McCartney— dijo y tomó su guitarra, ignorandome por completo.
— hola John.
— hola— dijo seco. Brian, los chicos y yo estábamos estresados, afuera de el estudio habían muchas chiquillas locas gritando y eso no ayudaba, teníamos que concentrarnos. El día se fue demasiado rápido.

Ayudamos a Brian a arreglar el estudio antes de irnos. Cuando John estaba solo me acerqué a él y sólo me miró sin expresión alguna.

— ¿cansado?
— un poco.
— ayer ya no pudimos hablar.
— ¿te parece salir hoy?— preguntó.
— c-claro— sonreí.
— bueno, entonces hablamos en un rato— agitó mi cabello y se apartó.
— ¿qué te dijo?— preguntó Paul sacándome de mis pensamientos.
— saldremos en un rato para hablar— sonreí.
— recuerda que debes de decirle todo lo que sientes, después podrías arrepentirte— salimos de casa de nuestro manager y John estaba recargado en su coche esperándome. Cuando me vió sonrió y se acercó a mí.
— ¿nos vamos?— asentí.
— suerte— susurró Paul. Me ayudó a subir a su auto y después subió él.
— ¿a donde vamos?
— es una sorpresa.

No Hay Quinta Mala (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora