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Chica salió felizmente de esa casa, al borde de las lágrimas y con una sonrisa gigante. Podía jurar que era la mejor noticia que le dieron por el momento.

Tomó otro transporte para llegar a su casa, repitiendo en su mente las palabras de la mujer. Ganándose las miradas de los pasajeros del autobús por su expresión de alegría. Pero ¿qué más da? Estaba feliz y eso era lo que importaba.

Tomó de su pequeño bolso el frasco de pastillas que Sonia le dio y lo examinó. Debía revisar la información nutricional antes de dárselo a su amigo. Además, quería comprobar que eran efectivas y que no se traten de placebos, como en algunos casos que ella tuvo que pasar.

Sintió un tacto en su hombro que la hizo sobresaltarse, mirando rápidamente al dueño de esa mano.

¡Ey, linda! ─se sentó en el asiento libre al lado de la rubia.

─¡Oh, hola, Fred! ¿Qué hacías aquí? ─habló al azabache, le parecía sorprendente el buen humor que aparentaba.

Iba a ir para ver a Freddy, pero creo que ya me ganaste. ─rió, la risa contagió a la pequeña y Fred se reincorporó, sonriendo. ─¿Y cómo está mi futura cuñada?

─¡¿C-cuñada?! ─golpeó al ojinegro con molestia, haciendo que éste volviese a reír y sobara la zona golpeada. ─Yo estoy bien. ¿Y tú por qué tan feliz, señor perfección?

Fred suspiró calmando sus risas, y de su pálida piel se esparció un sonrojo inevitable, reposando su cabeza en sus manos.

El amor me tiene feliz~ ─respondió con una sonrisa estúpida, y en su mente aparecía la imagen de cierta persona que tenía a Fred como una colegiala enamorada. La ojiamatista se sobresaltó y sonrió más de la cuenta.

─¡Dime quién es, dime quién es! ─

No hasta que me cuentes tu situación con Freddy. ─volvió a sentarse firmemente aún sonriendo, esta vez pícaro. ─¿Ya son pareja? ¿Van a casarse? ¿Follaron? ¿Estás embarazada?

─¡FRED! ─volvió a pegarle con más descaro, roja hasta las orejas, le estaba volviendo loca. El muy maldito reía otra vez. ─¡No es gracioso, imbécil, pervertido!

Anda, admite que alguna vez pensaste en hacerlo con él.

Chica se quedó en silencio.

Lo sabía. ¿Quién es la pervertida ahora?~ ─la chica no protestó, decidió callarse unos instantes, pues de no ser así el pelinegro estaría ya medio muerto. Al no recibir respuesta, este sonrió arrogante. ─Y yo que pensaba que eras inocente. Eso es por estar mucho en Wattpad, ¿sabes?

─No te metas con mi Wattpad, intento de cantante narcisista con complejo de diva. ─murmuró cruzando sus brazos, con cierta inconformidad e impaciencia. Aún tenía la mayor parte de su rostro teñido de escarlata. Pensar que se había sonrojado por una estupidez como esa le fastidiaba mucho.

Para no sacarle canas verdes a la menor, Fred decidió cambiar de conversación.

¿Estás planeando drogar a mi hermano? ─señaló el pequeño frasco de pastillas que aún estaba en manos de ls rubia, mirándola con burla.

─No. Estas me las dio tu madre, son medicinas para Freddy. ¡Dice que encontraron alternativas para que se recupere! ─sonrió observando con entusiasmo al azabache, quien cambió su expresión a una de confusión.

¿Y estás feliz por eso?

─¡Claro! ¿Por qué no estarlo? ─

Linda, sabes que Freddy ni volteaba a verte antes del accidente. Si recupera la memoria, volverás a ser otra chica más para él. O eso creo. ─dijo no muy seguro de su hipótesis, confundiendo a la pequeña rubia.

─¿Qué quieres decir? ¿Freddy no sentía nada por mí antes del accidente...?

Fred negó lentamente con su cabeza, arrepintiéndose de haber salido con ese tema.

Yo... creí que lo sabías, pero él mismo decía que eras la loca que andaba detrás de él. Freddy sólo amaba a una persona en especial. Y yo al ser su hermano era al que le contaba todo. Además, tenía una relación secreta con Joy, que obviamente al ser rivales jamás le quiso revelar a su banda. ¿Tiene lógica? ─volteó a ver a Chica, encontrándose a esta misma con sus lindos ojos amatista cristalizados, sorprendiéndose. Jamás la había visto llorando. ─¿C-Chica?

─¿N-no le gusto a Freddy? ─miró al suelo tratando de procesar las palabras del chico. Sintió una gran punzada en su pecho. ─¿Dices que viví engañada creyendo que él me amaba? ─susurró algo inaudible, con la voz quebrada.

No quise decirlo así, preciosa, lo siento...

─¡Respóndeme! ¡¿Sólo fui una carga para Freddy?! ─sus gritos llamaron la atención de varios de los pasajeros. Al azabache le daba mucha lástima y se negó a responder, sin querer empeorar la situación.

Pasaron varios minutos de silencio, interrumpidos por los sollozos quebrantados de Chica.

¿Qué será de ella cuando su amado se recupere?

Habiendo llegado a su destino, ambos bajaron del autobús y se adentraron a la casa de la chica. Apenas hecho esto, la rubia corrió hacia su habitación cerrándola con llave, dejando al azabache solo en la sala.

Es la última vez que le hago caso a esa jodida lámpara. ─pensó para sí mismo, cerrando sus puños con fuerza. Buscó a Freddy en la cocina, y efectivamente estaba sentado en el comedor, devorando con esmero un sándwich algo mal hecho.

Sabía que Chica no saldría de su cuarto ni de broma, así que le tocaría cuidar de su hermano toda esa tarde.

Vaya suerte.

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Un poco de drama no hace mal, ¿apoko no krnal?

『Memories』|| FreddicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora