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Los tonos carmesí se habían apoderado del rostro de la menor, quien trataba de procesar lo sucedido. Mientras que el chico dio una expresión de inocencia nuevamente.
Todos los presentes emitieron el típico sonido cuando algo era de su sumo interés. Algunos murmuraban y otros hacían sus sospechas y teorías.

Avergonzada por las múltiples miradas que la intimidaban, se proponía a alejarse de la escena para evitar más conflictos, pero no podía abandonar al castaño, ya que era de su responsabilidad cuidarlo.

"Maldita sea... ¿hacía falta besarme?" -los colores regresaron a su rostro, llegando a un tono mucho más intenso al haber recordado ese tacto que le provocó ser el centro de las miradas.
Había sido un simple beso en la mejilla, por parte de su acompañante, posiblemente por agradecimiento. Éste expresaba cariño y ternura, pero por lo visto había sido malinterpretado por varios de los alumnos que de hayaban allí.

El inocente oji-cielo demostraba confusión ante la expresión de vergüenza de la menor. ¿Había hecho algo malo?

-¿Qué sucede...? -cuestionó observando a aquella rubia, quien ocultaba su rostro con sus manos, sin dejar un rasgo visible. -Lo siento... ¿estuvo mal lo que hice? -su voz reflejaba algo de tristeza y preocupación en sí.

Aquello le tomó por sorpresa a la oji-amatista, logrando que ésta elevara su mirada hacia el chico que estaba frente a él.

-N-no. -murmuró, como si su voz se escondiese en lo más profundo de su garganta. Seguido, tomó al instante la mano del muchacho para que lo siguiera, alejándolo del territorio público.

Acabaron en unos pasillos totalmente vacíos, sin ningún alma presente.

-F-Freddy, ¿por qué lo hiciste? -interrogó mirando con confusión al oji-celeste.

-Hacer... ¿qué? -

-Eso... ¿por qué ese beso? -aquella pregunta consiguió que el anteriormente nombrado quedara inmóvil, llegando a tal punto de temblar levemente.

El silencio se esparció, dejando a lo único audible las respiraciones nerviosas de ambos individuos, siendo testigos de la incomodidad que abundó por unos minutos que asimilaban a horas casi eternas.

-N-no lo sé... fue un impulso... -indagó, confundido respecto a sus acciones. Cuestionándose el por qué de haber hecho tal cosa que, desde perspectiva, era muy vulgar al haberlo practicado con su mejor amiga.

Sus dudas desvanecieron repentinamente, llegando a una respuesta que enrojeció sus mejillas totalmente, al punto de casi arder como llamas intensas.

"¿Estaré sintiendo una atracción hacia ella...?"

Con los nervios apoderándose de su cuerpo, tragó algo de saliva para, próximamente, cometer algo que jamás creyó que haría y le era imposible de creer.

Se acercó, quedando frente a frente con la muchacha de terminaciones verdes. Una de sus manos acarició su rojiza mejilla, notando algo de calor en ésta. La contraria se estremeció ante eso, aunque extrañamente, en ningún momento interrumpió ese tacto.

Las manos de la contraria temblaron ligeramente, para luego dirigirse a la nuca del más alto, quien se encontraba en un estado neutral.
Este mismo quedó a la altura de la chica. Sus ojos se conectaron inesperadamente, logrando de por sí una leve dilatación en éstos.
¿Qué estaban tratando de hacer? Querid@ espectador, eso es mucho más que obvio.

La distancia era tan corta, que incluso sus narices rozaron debido a esto.
Ambos se preparaban para ese contacto de labios, cerrando sus ojos lenta e inevitablemente.

¡RIING!

El estorboso sonido del timbre irrumpió y retumbó en toda la escuela, sobresaltando a los dos adolescentes.

-¡D-debemos irnos! -exclamó la chica proponiéndose a correr de allí.

Pero unas manos que rodearon su brazo la interrumpieron.

El castaño jaló de éste, provocando que nuevamente quedaran cara a cara. No desaprovecharía esa oportunidad.
Juntó sus labios con los de ella brevemente, beso el cual con algo de duda y sorpresa fue correspondido.

A pesar de esto, rápidamente la rubia se separó con un sonrojo hasta las orejas, sin siquiera creer lo que había sucedido.

Sin perder tiempo, ambos se retiraron de la gran escuela, pues las clases ya dieron su fin. Uno más pensativo que el otro.

Ninguno de los dos olvidará ese inesperado beso, jamás.

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『Memories』|| FreddicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora