Me levanto pronto y me embadurno con crema solar. Me pongo un mono de tirantes y una gorra, y me voy a vestir a mi hermana. Después de una pequeña batalla con el gorrito, las dos estamos listas. Desayunamos y al último momento me acuerdo de coger los carnés de identificación. ¿Me falta algo? Eso es. Corro a mi habitación y cojo una vieja foto donde salimos Henna, Jan y yo, con nuestras respectivas familias. Es navidad, y todos estamos contentos y abrimos regalos y sonreímos a la cámara.
Me tiembla la mano. Se me cae la foto y se rompe el cristal. La recojo con cuidado y la envuelvo en un paño de ropa. Todo listo.
Nos vamos.
En la plaza nos espera un autobús lleno de personas deprimidas. Rodeado de personas deprimidas. Solo hay unos pocos, los que ya no tienen a nadie, que sonríen y hasta tienen cara de alivio. En un rincón veo a Jan. No he hablado con él desde después del examen, y él tampoco lo ha intentado. Con mi hermana a cuestas y unas bolsas como único equipaje, me arrepiento. Me doy cuenta de que va a ser mi único compañero en este viaje sin regreso, así que me acerco.
-Hola.
-Hola.
Tensión.
-Yo estoy con mi hermana. Y tú?
-Yo estoy sólo.
Me lanzo a sus brazos y le abrazo, y aunque duda un momento, enseguida me lo devuelve con igual entusiasmo. Mi hermana se queja, la estamos chafando. Nos soltamos y veo lágrimas en sus ojos, y noto como me resbalan las mías por la cara y el cuello.
Tenemos que irnos.
Subimos al autobús y nos largamos, así de fácil. Siete horas de viaje. Una hora de espera. Nos piden la identificación como cincuenta veces, y nos hacen una prueba de ADN. Sí, soy Adhara Skin. Sí, ella es Nashira Skin. Otra vez? No, no es Skin de skin head. Skin de cuero. Vale, sácame sangre. Otra vez?
Al fin se acaba. No hay mucho espacio, dicen. Nos conceden el deseo, un compartimiento con Jan. Bueno, también habrá otra gente. Nos dan un horario y un mapa de la nave, que es enorme. Por la noche nos explicarán todo. Partimos en dos horas. Nos lleva media encontrar el compartimiento.
No es muy grande, pero tiene nueve cavidades blancas en la pared blanca como camas. Tres en cada pared, y una pared con armarios y cajones. Nos instalamos en la pared mas cercana a los armarios, y le tiendo una manta a mi hermana en la cama del medio. Yo me pongo abajo y Jan arriba. Cuando estamos guardando nuestras cosas llegan dos chicas latinoamericanas. Dicen que son hermanas y que llevan tres días en un hotel esperando que las dejen pasar.
Anuncian por unos megáfonos que debemos ir al comedor para que nos expliquen todo y para pasar lista.
Luego nos largaremos para siempre.
Voy a buscar la foto de mis amigos y familia y, con las prisas, me corto con el cristal roto. Veo la sangre sin notar el dolor y digo adiós, adiós para siempre, al mundo que conocí, a Henna, a mamá, a papá. A todos los demás conocidos, amigos, parientes. A los que no volveré a ver.
Adiós a mi pueblo.
A mi planeta.
A mi mundo.
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La Nueva Era
RandomQué pasaría si un día anuciasen el fin del mundo por la tele? Qué harías si sólo te quedase un año y medio de vida?