Kuroi Kenshi no Densetsu

¿La Tierra?

Cuando desperté estaba con la cabeza en las piernas de Kuroka y ella acariciándome la cabeza mientras sonreía con dulzura. La miré a los ojos y apartó la mirada sonrojada. Me senté a su lado y me fijé que estábamos en una habitación.

Yo: ¿Dónde estamos?

Kuroka: Un grupo de tres chicos de nuestra edad aproximadamente nos ayudaron a venir a esta casa en las afueras de la ciudad y uno te cargó en sus hombros.

Yo: ¿Están aquí o se han ido?

Kuroka: Están abajo en el salón. Te están esperando, quieren hablar contigo de algo.

Yo: Vamos abajo pues.

Kuroka y yo bajamos al salón donde estaban. Uno de ellos se levantó y sonrió.

???: ¿Cómo estás? ¿Has podido reponer fuerzas?

Yo: Sí, gracias por traernos aquí y cuidar de las chicas.

Eddie: No ha sido nada. Yo soy Eddie y ellos son Josh y Álvarez.

Josh: Mucho gusto.

Álvarez: Encantado Jonathan.

Yo: Un placer. Es agradable ver a humanos que no intentan matarnos.

Eddie: *ríe* Sí, las cosas están muy jodidas ahí afuera. *se pone serio* Oye, ¿Cómo lo has hecho?

Yo: ¿El qué?

Eddie: Lo del centauro. ¿Cómo lo has hecho? Nunca he visto nada igual.

Yo: Me hice una promesa.

Álvarez: ¿Qué? ¿Qué promesa?

Yo: "Mientras yo siga vivo no permitiré que nadie del equipo muera". Y pienso volver a nuestro mundo cumpliendo esa promesa pase lo que pase.

Josh: ¿Qué mundo? ¿Sois aliens o algo así?

Kuroka: ¿Qué? ¿Es que no os acordáis de la Tierra?

Eddie: Estamos en la tierra *extrañado*

Elena: ¿Cómo?

Miré la pared del salón donde habían un montón de periódicos y fotos. Me fijé en un periódico que ponía en el titular "¿Provocará el virus el fin de la Tierra?".

Marta: ¡Que estupidez!

Yo: *caigo de rodillas mirando la noticia* No... Tienen razón, esto es la Tierra...

Miran la noticia y se quedan paralizadas. De repente Josh empezó a hacer gemidos extraños y cuando le miramos empezó a gritar con una voz demoníaca, le salieron dos cuernos y empezó a llorar sangre con los ojos en blanco. Se nos quedó mirando y como si nada se metió el puño en el estómago y poco a poco sacó un espadón.

Álvarez: ¿¡Pero que cojones!?

Josh atacó a Álvarez pero Eddie le disparó con un revolver en la cabeza impidiendo que lo mate. Álvarez se apartó de Josh, éste se levantó levitando unos centímetros del suelo y me atacó riendo cual un maníaco. Desenfundé la espada pero fue tan rápido que antes de protegerme me cortó un poco en diagonal y me empujó haciendo que de salga disparado por la ventana.