Capítulo VI "Encuentro"

182 18 10
                                    

Hospital privado de la Gran Edo.

Observar a tu padre tendido sobre una cama de hospital en Terapia Intermedia, lleno de cables por todo el pecho, conectado a un aparato que monitorea su ritmo cardíaco y emite sonidos bastante lúgubres debe ser una experiencia terrible.

Y Kagura Yato lo estaba experimentado.

—¿Cómo te sientes-aru? —Le preguntó ella apretando su mano, era la primera vez en 20 horas que Umibouzu estaba despierto y podían mirarse a los ojos.

—Muy feliz —Respondió con voz bastante ronca, como si al hablar le doliera hasta el alma.

—Estoy segura de ello papi —Kagura sonrió sin dejar de estrechar la mano de su padre —El médico dijo que lo tuyo ha sido algo así como sí hubieras vuelto a nacer, así que seguirás viviendo, y seguramente lo harás mucho más que yo-aru

—Sí sigues llevando ese ritmo de vida tan terrible, es probable que tengas razón.

Kankou Yato prácticamente había mirado el túnel, el cual decidió no cruzar para reintegrarse al mundo de los vivos y eso para Kagura era un milagro.
Muchas cosas se habían removido en su interior y sentía ESO que jamás juró sentir “CULPA”.

Culpa de no haber pasado los últimos años cerca de su familia, culpa por llamarles únicamente cuando necesitaba dinero, culpa por haber sido tan inmadura.
Ahora su actitud había cambiado, quería sacudir y limpiar toda la mierda que le había sucedido, por fin trataría de dejar el pasado atrás, quería establecer un nuevo comienzo. Y para ello tendría que perdonar a Sougo Okita y olvidarlo por completo.

—¿Sabes porqué estoy muy feliz? —Kagura negó con la cabeza y entonces su padre continúo hablando. —Porque tú estás aquí, si he sabido que estando al borde del precipicio te tendría de vuelta en casa... —

Pero ella no lo dejó continuar —No lo digas, no me pienso ir de nuevo... ¿De acuerdo-aru?

—¿No me estás echando mentiras? —Umibouzu trató de incorporarse y se llevó una mano en el pecho por el enorme dolor físico que ese esfuerzo representaba, pero cualquier molestia era opacada por la felicidad de tener a su niña de regreso en La Gran Edo, su HOGAR. —Si quieres volver a Londres con Gintoki, tu otro padre, no me opondré y sí—

—Me quedaré, y estaré aquí por tanto tiempo que querrás echarme porque te hartarás de mi mal humor y mis malos manejos financieros-aru —Le guiñó un ojo

—Tal vez no he sido el mejor padre y siempre estaba fuera de casa por el exceso de trabajo —Umibouzu estaba sentimental y eso era muy notorio.

—Papi... —Pero Kagura no quería hablar sobre ello —Eso ya está toma parte del pasado y no encuentro la necesidad de retomarlo, mejor miremos hacía adelante-aru

—¿Sabes que haber sufrido éste ataque al corazón es lo mejor que me ha sucedido? No solamente me ha hecho reflexionar sobre todas las cosas que he hecho mal, también me ha hecho pensar en las palabras que hace tiempo no te digo: Kagura, te amo, Kamui y tú son lo que más amo en ésta vida y claro, también está la hermosa de tu madre. —El Yato sonaba sincero, definitivamente no intentaba chantajearla y eso era lo que a Kagura la hacía sentir más mal.

El sentimiento de culpa se enfatizaba.

Así que tomó la decisión.

¿Era lo correcto? No lo sabía, pero tenía la certeza de algo... Su vida cambiaría para siempre después de esa charla y ese ENCUENTRO tan conmovedor con su padre.

*************

Kagura abandonó la habitación para darle paso a su madre, quien moría por abrazar a su calvo marido.

Del Amor al... ¿Odio?. ||Okikagu|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora