Reunión

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— No sé cómo escribirle por carta la noticia a la esposa. —Le preguntaba el general Nathanael Green a Mordecai Gist y al coronel Tadeusz Kościuszko, un amigo de John Laurens, proveniente de Polonia, quién había ido desde Carolina del Norte para dirigir la batalla tras la caída de su camarada.

—Pues debes decírselo de alguna forma, tarde o temprano se tiene que enterar de lo que le pasó. —Comentó Gist.

—Si quieres yo puedo hacerlo en su lugar, señor. —Dijo Kościuszko.

—Le agradezco coronel, pero todos los que luchan en mi grupo son mi responsabilidad, por lo tanto estoy obligado a hacerlo yo. —Respondió el de pelo gris.

—Entonces será mejor que se apure en escribirla. —Soltó un suspiro. —Bueno, si me necesitan, estaré viendo que hacer en mí tienda. —Dicho aquello tras dar una reverencia que fue recibida con otras dos de parte de los hombres se retiró.

—Pobre mujer, no me imagino la cara que pondrá al saberlo...—Suspiró el general de Maryland.

—No te preocupes, seguramente solo tendrá un buen susto. —Indicó el polaco. —Después de todo milagrosamente mi buen amigo pudo sobrevivir y cuándo ya tenga fuerzas para volver a su casa lo hará lo más pronto posible. —Sonrió.

[...]

Laurens abrió sus ojos lentamente, sintiendo una herida en su abdomen. Se estaba preguntando qué era lo que había pasado hasta que en menos de un segundo el momento en que le dispararon regresó a su memoria de golpe. ¿De verdad le habían dado? ¿Qué fue de los soldados a su cargo? ¿Había fallado?

—Veo que ya despertaste dormilón. —Le dijo una voz que se le hacía familiar, resultando ser de Tadeusz.

—Creí que estabas en Carolina del Norte...—Le dio una media sonrisa.

—Vine en cuánto pude al enterarme de lo sucedido. —Contestó mientras se le acercaba. — ¿Cómo te sientes?—

—Algo adolorido. —Respondió tratando de contenerse.

—Pues espero que te mejores lo más pronto posible, debido a que el general está considerando muy seriamente regresarte a casa y de manera definitiva.

— ¿De verdad? ¿Por fin podré irme y ver a mi esposa?—Sus ojos se iluminaron.

—En definitiva mój przyjacielu*.—Asintió con alegría. —Seguimos pensando que es todo un milagro que sigas con vida, de verdad casi mueres. Eres muy afortunado, así que más vale que no desperdicies esta oportunidad.

—Como ha dicho un muy querido amigo mío antes, no desperdiciaré mi oportunidad.

—Creo que ya me has hablado de ese amigo antes, Alexander, ¿no?

—Así es. —Afirmó. —Siento que se llevarían muy bien, al igual que mi amigo el sastre y el francés.

—Con mucho gusto me encantaría conocerlos a todos, en especial a ese último. —Sonrió.

[...]

Tras un par de días de ser atendido y retomar las fuerzas necesarias, Laurens ya estaba listo para irse, por lo tanto se estaba despidiendo de todos.

—Coronel Laurens, fue todo un honor tenerte en mi red de inteligencia. —Le decía Greene con un amistoso apretón de manos. —Ojalá y nos volvamos a ver otra vez. —

—El honor fue todo mío general, espero que así sea. —Dijo el pecoso para después soltarse.

—Coronel, le deseo lo mejor a usted y su familia. —Comentaba Gist mientras ahora era quién le apretaba la mano.

Unsatisfied [HIATUS] Where stories live. Discover now