Capítulo 11

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Es irónico, cómo el tiempo puede desvanecerse cual seda o materializarse como marfil que te cubre la visión, todo al mismo tiempo. Es curioso, que algo que no ha causado una pistola, o un cuchillo, o alguna especia de arma. Es devastador, tener que levantarse sintiéndose de esa manera cada mañana.

A medida que los días corres, KyungSoo llega a sentir que puede recuperarse. Se siente más fuerte e incluso logra comer un poco. SooJung lo espera afuera de la cafetería cuando su turno ha terminado y Baek le deja tener al menos un par de horas extras para mantenerse ocupado. Pero, cuando los días terminan con una melancólica puesta de sol que se siente larga e intensa, y la luz naturas se va, aún cuando prometió quedarse ahí para siempre... Ahí es cuando empieza.

Lo que KyungSoo siente en esos momentos logra aparecerse como pintura en sus dedos, que no desaparece hasta la mañana siguiente. Se cuestiona la existencia de las cosas y crea algunas otras. Se expresa oyendo música desde los audífonos, y pasa las noches enteras sentado sobre un banco en la cocina. De vez en cuando, toma un cuaderno y escribe sus pensamientos, para después quemarlos con cerillos que descansan sobre la estufa. Otras, él se siente débil y toma su computadora y pasa por las viejas fotografías que todavía tiene de él. Mira sus ojos, cautivándose por el enigmático color que les cierran. Trata de llegar a ese color usando gris y algo de blano, y luego descubre que necesitan algo de amarillo en algunos bordes. Observa su sonrisa, y se siente ansioso. Lo que sostiene en sus manos de pronto es demasiado pesado, así que termina aventándolo al suelo.

La luz llega de nuevo, y entonces él se da cuenta de que tiene su día de descanso.

 De nuevo.

Han pasado seis meses.

KyungSoo debería descansar, o manejar hasta perderse y no regresar hasta que se haya encontrado de nuevo, pero no lo hace. Tiene miedo de manejar, o de encontrarse y no estar contento con el resultado. Él no puede evitar pensar que, al parecer, nadie que conozca realmente quiere hacer otra cosa que olvidar lo que realmente es, y construir una persona diferente en base a las apariencias.

KyungSoo toma su cuaderno de escritos y sale por la puerta sin pensarlo alguna otra vez. Entonces maneja, intentando dar con las vueltas correctas y sabiendo a dónde quiere llegar.

Al pasar los minutos, la brisa marina se materializa en algo que ya no es sólo un recuerdo, y la arena comienza a verse desde lejos. Él le hace un dobladillo a sus pantalones, y toma el cuaderno y un bolígrafo, antes de salir a dar un paseo alrededor. KyungSoo no viene a escribir, él viene a dibujar.

Porque la noche anterior, mientas él pensaba y su mente divagaba entre señales inconclusas, él llegó a tener una especie de sueño dónde ellos se encontraban en esa misma playa, y platicaban por primera vez. Parecía la escena de un libro, de esas en las que sólo te imaginas lo bueno que podría ser lo que ya está plasmado en un trozo de papel, y casi puedo jurar que si regresaba lo vería de nuevo. O, al menos, se sentiría de la misma manera que antes.

Él camina, trazando una linea paralela a las olas del mar. Se quita los zapatos y cruza los puntos. Deja que sus pies de relajen y comienza a buscar el lugar que le gustaría dibujar esa tarde, y así, mientras gira en su lugar y sus ojos se dejan de fascinar por el paisaje en tonalidades frías, lo ve de nuevo.

Ese bastardo.

KyungSoo tiene que parpadear un poco, para darse cuenta de que no se trata de una ilusión, y en realidad JongIn está ahí leyendo a Hemingway. Espera un poco, y no sabe si acercarse a saludar o lanzarle una roca para mostrarle que está enojado, pero no hace ninguna de las dos. En su lugar, toma sus zapatos que descansan sobre la arena y camina de regreso al auto de SooJung.

Après tout ce temps c'est toujours vous「KaiSoo」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora