Capitulo 1 "¿QUE?"

902 20 2
                                    

Todo comenzó cuando me enamore de el, de su sonrisa, sus besos, sus caricias, le entregue lo más preciado para mi; mi virginidad. A el no le importaba nada a excepción de su propio placer y el dinero que eso le trajera. Cuando lo conocí era alguien frío, seco, sin sentimientos por nada ni nadie, pensé que yo había cambiado eso ya que, comenzó a ser cariñoso conmigo me decía que me amaba y cualquier cosa que un joven enamorado haría, más sin embargo, me equivoque. Maldito sea el momento en que te conocí Landon Maddox, y maldito sea el momento en que me enamore de ti.

Mi nombre es Bella Emmeline Raynolds Marx, tengo 18 años, soy de cabello castaño oscuro, ojos grises, piel blanca, excesivamente blanca para mi gusto, delgada, también en exceso, y tengo unas cuantas pecas en mis mejillas. En cuanto a mi personalidad solia ser una persona a la que le gustaba salir de fiesta todos los fines de semana, o simplemente salir con sus amigos a comer en la semana, aunque también era muy estudiosa. Solía ir a la biblioteca y pasar ahí la tarde leyendo libro tras libro, pero eso cambió cuando lo conocí a el. Mi vida se destruyo. El me destruyó.

<----------->

Era un lunes, 15 de octubre, el cielo yacía nublado como es común aquí en Londres y amenazaba con llover, me levanté de mi cama y fui directo al baño de mi habitación, abrí el grifo de la regadera mientras me desnudaba para darme una ducha mañanera antes de ir al instituto, si, mis mañanas son tan monótonas y aburridas, termine de ducharme y fui a mi enorme armario, era como una habitación más; era mi lugar favorito en toda la casa. Me vestí con unos jeans de mezclilla oscura y una blusa tipo top ceñida negra que llegaba 5 dedos debajo de mis pechos, unas zapatillas de charol beige y para adornar mi conjunto agregue un collar que constaba de cadenas de diferentes tamaños y diversos tonos dorados, mi preciado reloj Michael Kors de oro, y finalmente unos pendientes de diamante que contrastaban con el pequeño arete que se encontraba en la minúscula perforación en la parte superior de mi oreja derecha; para arreglar mi cabello solo lo seque con el secador de cabello, obviamente, y remarque con la rizadora unos grandes y lindos tirabuzones, para el maquillaje no me esmere mucho, solo me puse la base, me delinee el ojo, coloque rimel a mis enormes y rizadas pestañas negras y finalmente pase el intenso labial rojo por mis labios. Ya completamente vestida y arreglada, tome mi iPhone de la mesita de noche que se encontraba a lado de mi cama y salí de mi habitación. Baje a la cocina y ahí se encontraba mi ya también arreglada mejor amiga: Niza. Yo vivo con ella ya que ambas venimos a Londres a estudiar juntas, nuestros papás se encuentran en Canadá, ya que ahí nacimos, más sin embargo ella y yo siempre soñamos con venir a estudiar a Londres, y ahora, aquí estamos, vivimos en una fraternidad de jóvenes donde todos nos conocemos bien y convivimos como vecinos en paz.

- Buenos días, Niza -le dije saludándola para que notara mi presencia- ¿Qué estas haciendo?

- Hola Emmy -ella y unos cuantos chicos y chicas de la fraternidad me llaman Emmy, Em o Bell de cariño- Hago el desayuno, ¿qué más?

- Pues desayunaras sola, ya que no pienso comer algo de eso que tu llamas "desayuno" -me miro con una ceja levantada y cara ligeramente indignada pero divertida, a lo que yo reí fuertemente- Anda ya deja eso, vamos a la cafetería que está a unas cuadras de aquí, Niza.

Dicho eso, ella río y comenzó a recoger todo el desastre que dejó su intento fallido de hacer el desayuno. Siempre había sido un desastre en la cocina, por eso solo cocinaba yo. Se lavó las manos en el fregadero y se quitó el mandil que evitaba que su ropa se manchara, y así dirigirnos las dos hacia la puerta de la casa a tomar nuestros bolsos y abrigos que se encontraban en el perchero que estaba a lado derecho de la puerta, tome mis llaves que yacían sobre la mesita que estaba del lado izquierdo de la puerta junto con las llaves del auto de Niza, cerré la puerta con seguro cuando ambas nos encontrábamos afuera y me dirigí a abrir la cochera donde estaban nuestros autos, el auto de mi amiga era un precioso Mini Cooper rojo; regalo de sus padres por su cumpleaños número 18, mientras que el mío era un Audi R8 blanco comprado por mi misma, por mi cumpleaños 18 también. Hoy me tocaba a mi conducir así que ambas nos subimos a mi auto con destino a la cafetería que se encontraba cerca de casa y después de ahí, dirigirnos a clases.

Te lo advertíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora