Capitulo 3

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- ¡La puta madre Tony! ¡Me raya que me digas papi! No soy tu papá...

- Ah -repuso Tony- pero parece que eres el papá de Deivi y de todas las niñas que conoces...

Fer estaba en el apartamento de Tony desde hacía dos horas, tomando con él esos shots de vodka que Tony solía beber antes de salir de fiesta, pero esta vez sin fiesta a la cual ir. Era un apartamento espacioso en Miramar, amoblado exquisitamente, pero mal iluminado. Tony solía llamarlo la guarida y, sin contar a los hombres que iban por sexo casual, Fer era el único amigo al que Tony le permitía pasar allí la noche.

Eran alrededor de las 9:00pm cuando Fer llegó luego de un río de mensajes por WhatsApp en los que Tony lo requería 'para ya mismo'.

- No me llamaste para darme un sermón - repuso Fer.

- No claro que no... pero le estoy dando vueltas porque ya sé lo que vas a decir...

- Ah no, otra vez te botaron Tony, ¡es la misma historia siempre!

- ¿Ves? dirás el sermón de 'siempre' de que Andrés...

- 'El que te bota cada mes' -interrumpió Fer con un gesto de fastidio- de que lo tuyo con Andrés es algo tóxico y que él te usa como forma de llenar sus vacíos y tú simplemente sigues con él por capricho. Si Tony, es lo que debo decirte, pero ¿sabes? - hizo una pausa y se tomó un shot - ya no te diré nada, porque pierdo mi tiempo. Ahorremos dos horas más de nuestras vidas y saltemos la parte del llanto y los lamentos en donde prometes 'que ahora sí es definitivo que no vuelven' y vayamos directo al grano: sea lo que sea que le dijiste, llámalo ahora y pídele perdón y ya mañana tengan sexo de reconciliación... ponte ropa nueva y cómprale un six pack de Coronas a ese maldito zángano, que fue lo que tomamos esa vez que casi lo mato.

Fer azotó la mesa que estaba preparada como altar alcohólico con ambas manos y se llevó la botella al cuarto de Tony, quien enmudecido, solo atinó a sentarse en una silla de comedor, hundir la cabeza en el mantel mal extendido de la mesa y romper en llanto mudo.

Fer cerró la puerta de un golpe y bebió de la botella un sorbo, metiendo el pico en su boca cual biberón. Se recostó de pie sobre la puerta y empezó a marcar un número en su celular.

- ¿Aló? soy Fernando

- Ya lo sé pendejo, tengo tu número grabado... ¿qué es esta broma?

- Escucha, estoy tomando vodka de la botella mientras la beso

- ¿Qué?

- Tomo la botella, inclino el pico frente a mis labios y mientras la beso me tomo todo a grandes sorbos. Un par de besos más y acabo con ella.

- ¿De qué hablas Fernando, por qué me dices eso?

- Simple: yo soy Andrés, y esta botella es un 'vodkatony' ... soy adicto a ella porque me produce bienestar y me da lo que quiero. Con cada contacto acabo con ella y al final quedará vacía. Entonces la desecho y consigo otra. En todo caso aún tiene bastante para dar y mientras aún tengo, de vez en cuando la hago a un lado y tomo otra cosa: tequila, algo de aguardiente... para variar. El vodka no se molesta: nunca se va y siempre está para mí... ¿entiendes 'vodkatony'? ... ahora, abre la puerta de tu cuarto, que estoy tan borracho que no doy para abrirla desde dentro.

Y colgó.

Al entrar Tony, Fer ya estaba tumbado boca abajo en la cama, con la botella vacía como almohada. Tony apagó la luz y antes de salir, preguntó en voz baja:

- ¿Cómo viniste tan pronto, si los viernes estás con Deivi todo el día?

- Hoy no fui - respondió balbuceando - ayer terminamos porque dice que tú amistad no me conviene... la mandé a la verga, aunque quizá tenga razón: no me conviene tener un amigo con mas botellas que bombillas en su apartamento.

Los encuentros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora