Capitulo 2

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Era una mañana brumosa, y el sol se hallaba blanco, pálido y prisionero de una grisácea telaraña. Fer se sentó en el borde de una banca, rodeado de árboles tenebrosos y lámparas que seguían encendidas a pesar de que era ya de día. Sacó un cigarrillo, y empezó a alimentar la niebla con exhalaciones de humo, mirando al cielo.

- Así que tú eres el responsable de este gris... - susurró Tony

Fer se sobresaltó, creyéndose solo, y se recostó sobre la banca, acomodándose el cabello

- ¡Mierda Tony! ¿Qué haces aquí?

- Es un parque público -replicó Tony - saqué a pasear a Bruno...

- ¿Y dónde está Bruno?

- Está por ahí oliendo culos de perro, meando árboles y postes como si no hubiera un mañana ¿Qué sé yo? Sabes que detesto sacarlo con correa... suficiente tiene con verme todo el día en la casa... este es su rato libre de Tony...

- No te viera todo el tiempo si tuvieras algo que hacer...

Tony sintió a donde iba a parar esa conversación e hizo ademán de salir a buscar a Bruno, pero sintió la mirada fija de Fer sobre sí y sintió su garganta seca.

- Escucha Tony: el mundo no ha parado; la vida sigue. Tú debes seguir adelante y empezar de nuevo. Es lo que él habría querido... lo sabes.

- Si, eso habría querido... pero él se fue sin tener en cuenta lo que yo quería, si él no me hizo caso ¿por qué yo a él si?

- Yo sigo aquí Tony... hazlo por mí.

- Yo haría lo que fuera por ti.

- Esto es lo que yo quiero: que seas feliz.

- Ay -sonrío delicadamente- tan lindo el bobo este ¿no tienes trabajo qué andas aquí de vago?

- Los domingos no se trabaja... pero que sabes tú de trabajar, vago.

El sopor que resistió la noche era exasperante, porque el calor iba en aumento. Fer apagó el cigarrillo con el brazo de la banca y miró a Tony alejarse y desvanecerse en la niebla. Las lámparas se apagaron y se sintió iluminado por el recuerdo de aquel ser que fue el sol para Tony, y que hoy vivía tan alto como las estrellas en el cielo.

Los encuentros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora