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Me acerqué a ti casualmente, fingí haber perdido mis llaves, me dijiste hola y sonreíste, pero no me miraste con detalle, soy yo o acaso ¿estabas nerviosa?, tú esperabas que Magda te entregara la correspondencia, no pude dejar de mirarte, tú cabello negro y tú piel blanca contrastan de una manera hermosa, noté que tienes lunares por todos lados, a pesar de solo ver tu perfil, me encantaría contar todos y cada uno de ellos.
Cuando te dió lo tuyo le dijiste gracias, que saludara a su familia de tu parte y te despediste de mi con un adiós, y una sonrisa como siempre. Tú voz es suave y aguda, como una niña pequeña, música para mis oídos.

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Por las nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora