Por la mañana salí a correr como siempre, pero frené en seco al verte sentada en el césped, mi ruta siempre es la misma, al rededor del parque, tres kilómetros, nunca pasas por ahí, estabas sobre una manta rosa, y tenías una canastilla con, supuse, comida dentro, notaste mi presencia y me miraste, sonreíste y me saludaste, respondí el saludo y seguí con lo mío, eran demasiadas coincidencias, ¿qué tratas de hacer?
-Alfonso