23. LA PRUEBA

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Había pasado una semana y aún no había novedad alguna acerca de su posible embarazo.

Marinette estaba que echaba humo por las orejas; ya no podía empezar el día sin pensar en que una vida podía estar creciendo en su interior y, ella sin ser verdaderamente consciente de ello.

Adrien la había ido a visitar a diario a casa, aparte de siempre encontrarse en clase, tenía la necesidad de estar a su lado y velar por ella.

Aparte de la engorrosa situación en la que se encontraban, su día a día estaba siendo más llevadero. Marinette consiguió marcarle los puntos a Luka, dejándole claro que Adrien era su novio y que, por tanto, no podía salir con él.

El momento en que se dio su desplante, el modelo no pudo más que regodearse de su triunfo ante aquel personaje, que no hacía más que acechar a su doncella.

Después de unos días intensos, ambos jóvenes decidieron centrarse en sus quehaceres escolares, quedando en la biblioteca para terminar el trabajo que tenían que presentar para esa misma semana.

- Tengo mucha hambre. - se quejó la joven mientras dejaba caer la cabeza en el libro sobre la mesa- No aguanto más.

Adrien la miró con una sonrisa burlesca, apoyando los codos sobre la superficie e inclinándose para besar su cabellera y susurrar contra su oído.

- Si quieres, yo te puedo dar de comer.

Ella se giró con un intenso rubor en las mejillas, observando como él sacaba de su mochila una barrita energética que le ofreció con simpatía, sacándola de sus casillas.

- ¿Quieres? - ella titubeó, aún sonrojándose más al aceptar el tentempié-

Eres una malpensada, ya estabas imaginándote lo que no es.

- Lo que no tengo ninguna bebida para darte.
- Tranquil...
- ¡Oh, espera! Creo que traje algo de leche. - rebuscó de nuevo en su bolsa insistentemente-

¿Leche? ¿Ha dicho leche? Ya de paso ponle unos huevos con salchichas y lo rematamos del todo.

- Falsa alarma. - lamentó dejando la mochila en el suelo, luego arrimándose a ella para contemplarla de cerca- Pero si quieres te puedo dar...
- Adrien, acaba esa frase y te juro que te mato.
- ¿Por qué tan nerviosa, bichito?
- ¡¿Por qué?! - vociferó intensamente alarmada- ¡Todo lo que dices suena con doble sentido! ¡No hay quien se concentre así!
- ¿Perdón? - se jactó sin siquiera inmutarse- No te enfades, princesa. Solo estaba jugando un poco.
- Pues no tiene gracia. - recargó el peso de su cabeza sobre sus palmas, dejando ir una bocanada de aire- Ya me gustaría saber si a ti te gustaría que yo te hiciera lo mismo.
- ¿Hacerme qué?

Maldito, a todo le tiene que sacar un segundo significado.

- Jugar contigo. - contestó a regañadientes, evitando mirarlo-
- Por mí no te cortes, mi mente está abierta a todo.
- Tu mente retorcida y pervertida.

Él ensanchó su sonrisa mientras ella mordisqueaba el tentempié que le había dado, luego centrándose en el libro que andaban ojeando con pesadez.

- ¿Crees que acabemos para el viernes?
- Ni idea. - mencionó con indiferencia, pasando las hojas de forma abstraída- Y la verdad poco me importa ahora mismo.

Adrien le echó un vistazo por el rabillo del ojo, atrapando una de sus manos por tal de alentarla, a la vez que ella seguía masticando en un estado ausente.

- Esto sabe fatal, ¿cómo puedes comértelo? - cuestionó haciendo una mueca de desagrado, terminándose la porción apresurada- Sabe a cartón.
- Bueno, soy modelo... - lamentó humedeciéndose los labios- ... mi dieta es un poco estricta.
- ¿Solo un poco? Pero si comes más ensaladas en una semana que yo en un año.

[+18] I CAN'T LIE - Adrinette/Ladrien/Ladynoir/MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora