Calmate Harriet, es un hombre oculto en las sombras que desea ayudarte...Eso no sonó muy bien,¡vamos!, no todo es malo en la vida.
Bueno, para mi siempre hay ciertas excepciones,¿verdad, dios?, pensé mirando al cielo, mojandome con la lluvia que caía como una cascada por mi rostro.
¿Y si se quiere propasar conmigo?,¡me defenderé!, tengo piernas y no temo usarlas.Ademas no tienes elección.
— ¡Ya voy!—Grite, para que me oyera—tome mi equipaje y camine hacia la silueta de aquel hombre.
¡Que miedo!.
—Deja que te ayude—mencionó desde las sombras acercándose a cada vez mas a mi, para ayudarme con mis maletas.
Al instante ya me encontraba frente a frente con aquel hombre, revisando cautelosamente sus rasgos,no lo podía creer, era un vagabundo, no es que tuviera algo en contra, respecto a ellos, solo que me sorprendía que un hombre que no tenía absolutamente nada, me ofreciera lo poco que poseía.
Era un señor como de la edad de mi madre, su cabello largo y canoso caía por su cuello que mostraba una cicatriz, su ropa era mas grande de lo que su esbelto cuerpo necesitaba, no dejaba nada a la imaginación, su gran sonrisa torcida cubierta por su abundante barba canosa iluminaba su enmarcado rostro,que gozaba de arrugas poco visibles.Atribuyéndole un estilo jovial.
—¿Te ayudo?—preguntó dedicándome una gran sonrisa torcida, sacándome de mis pensamientos.
—Ah, si por favor—respondí devolviéndole la sonrisa mientras tomaba gran parte de mi equipaje.
—¿Lista?.
—Lista—dije con gran seguridad ocultando mis nervios.
Después de abandonar, el parque del horror que fue asi como lo apode ya que misteriosamente dejó de de llover, el señor George como me dijo que se llamaba, no paraba de reírse, por mi escandalosa caída en el charco, al cual decidí llamar Océano negro, por que me había dejado totalmente bañada de mugre y casi me ahogaba en el, todo ocurrió por que la lluvia se encontraba prácticamente congelada y el señor George propuso correr para no mojarnos más de lo debido, pero ya saben, agua, suelo, charco, piernas y yo no van muy bien.
Maldición, no quisieran saber cómo se sentía el agua.
Nos estábamos dirigiendo a su humilde « hogar » o a lo que el llamaba hogar mientras George, como me suplicó que lo llamara me contaba que él había tenido hace mucho tiempo una familia muy linda,que le fue arrebatada por un terrible accidente automovilístico,dejándolo solo por el mundo .
Pobre hombre.
—Ya llegamos— anunció metiéndose en un pequeño hueco extremadamente sombrío como un armario, tomando un trozo de madera que simulaba ser una puerta y la abrió dejándome pasar.
—Gracias—apunte a su modesto gesto de caballerosidad, adentrandome a un estudio al mismo tiempo que él entraba detrás de mí.
Era una especie de habitación amplia y acogedora, donde alguna vez fue lugar para diseñar ropa, lo deduje por los múltiples percheros, maquinas de coser viejas, cajas desgastadas, hilos y agujas, mucho polvo y alguno que otro sombrero, zapatos y vestidos super antiguos. A la derecha se encontraba un gran ventanal que dejaba expuesta la hermosa vista de la ciudad iluminada, desamparando a la noche tétrica y helada, que hacía conjunto con sillones de color caqui con gran deterioro. Al fondo de la habitación divise un closet con gran parecido al de narnia, no era mucha la diferencia, solo que era mas grande y oscuro.
![](https://img.wattpad.com/cover/116765711-288-k192577.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Harriet and Jensen .©
Подростковая литератураNo sentir es el verdadero infierno para Jensen mientras que para Harriet es el cielo. Para ella, expresar lo que siente la hace libre. Para el, no poder expresarlo lo convierte en prisionero. Ella, sabe lo que siente. El, aprende a descifrarlo. El...