No sentir es el verdadero infierno para Jensen mientras que para Harriet es el cielo.
Para ella, expresar lo que siente la hace libre.
Para el, no poder expresarlo lo convierte en prisionero.
Ella, sabe lo que siente.
El, aprende a descifrarlo.
El...
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Era una noche calmada, silenciosa y solitaria tan solitaria que se podía oír como alguien escuchaba la emblemática canción de la película El Titanic desde mi acogedora habitación, que para mi solo significa dos cosas, tal ves ese alguien que observaba el filme ahogaba la soledad que embriagaba su alma o podía tratarse de un simple romántico que quería llorar un rato.
En fin.
No lo sabía y ni me interesaba.
El punto era que cada vez las insistentes voces de la cinta resonaba por mi sigilosa habitación interrumpiendo mi adorado sueño, que si que se había convertido en adorado debido a todo lo que hacia dia a dia y no tenia el sueño mas pesado del mundo, era como globo se explota de la nada, asi es mi sueño. Ademas tenia el examen mas importante del trimestre mañana.
Ya harta de revolcarme en mi cama de todas la formas posibles, decidí investigar de donde carajo provenía el sonido...Para mi sorpresa esas voces me dirigieron a la sala que estaba al frente, donde se encontraba un rubio casi imperceptible, sentado admirando la película, como si no existiera nadie mas, que la película y el.
Jensen estaba mirando El Titanic.
Por favor tiene que ser una broma.
Me imagine a cualquier persona viendo películas románticas pero a jamás a Jensen.
Al instante, Jensen se había percatado de mi presencia, en busca de control remoto derribó todo a su paso, en un movimiento rápido tomó el control que estaba apunto de caerse y apago el televisor.Se volteo a verme y me fulmino con la mirada, que estoy segura que si la miradas mataran estuvieran todos mi organos esparcidos por las paredes.
No sabia si preguntarle que hacia viendo el titanic o callarme y largarme a mi habitación.Pero como mi curiosidad siempre puede más dije lo primero que se cruzó por mi mente.
—No me dejabas dormir con tu escándalo.—me excuse mordiendo mi labio inferior para no explotar en risas.
Si seré idiota de verdad.
—Me alegro.—dijo frío sin mirarme a los ojos retirándose a sus aposentos.
¿Que?,¿eso seria todo lo que me diría?.
Cuando me dispuse a devolverme en mi habitación, me llamó la atención un tiriteo que brillaba insistentemente debajo del sofá, me acerque al objeto y pude percatarme de que era un broche que se encargaba de cerrar una pequeña libreta de cuero color marrón.
¿Acaso había descubierto el diario de Jensen?.
La abro o no la abro.
Obviamente, decidí abrirla. Cuando me encontraba apunto de abrir la misteriosa libreta tenia que aparecer Jensen con la misma expresión friolenta de siempre-Al parecer se dio cuenta que se le había olvidado algo —dirigiéndose a mi, bueno a la libreta—a lo que yo reaccione alejándome mas de el, hacia la cocina siendo separados por la isla.
