Capítulo 10.-Inquilina con tortitas.

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Noviembre...

El frío se mete entre mis ropajes, dejando mis vellos de punta y haciendo chocar mis dientes entre sí. Camino con rapidez para llegar cuanto antes a casa.

La tarde en la cafetería ha estado agotadora, no ha venido casi nadie y hemos estado todos mirándonos los mocos caer mientras sonaba Havana.

Introduzco la llave en la cerradura del portal cuando escucho un golpe seco fuerte tras de mi. Me giro en breve para observar a Wifi agachándose para recoger una maleta de viaje.

Lleva varias cajas a cuesta, dos mochilas colgando en su espalda y dos maletas de ruedas de viaje.

Camino hacia ella con el ceño fruncido.

—¿Wifi?.—ella alza la mirada y al verme sonríe como si nada pasara aunque puedo ver el rimel corrido por su rostro después de una larga batalla de lágrimas.

—Hola novata.—responde y vuelve a intentar coger la maleta.

Yo me agacho por ella y la sujeto.

—¿Qué haces así?.—le cuestiono.

—Me han echado de mi apartamento.—extiende su mandíbula y aprieta los labios incómoda.—me líe con el hijo del vecino.

—¿Por esa tontería?.—bufo.—además que le importa al vecino con quién te líes.

—Tiene 16 años.—concluye y abro mis párpados lo más que puedo.—y el vecino era mi casero.

—Eres idiota.—paseo mi mano por el rostro.—¿Y ahora que vas a hacer?.—me cruzo de brazos y la maleta vuelve al suelo.

—Yo solo fui para decirles que no me iba el wifi.—frunce sus labios y sus cejas.—ahora ire a buscar algún cajero solitario y unas cajas de carton para dormir.

—¿Cómo?.—digo tras haber cogido la maleta.—oh no, no voy a permitir que seas una vagabunda.—digo y comienzo a caminar hacia mi edificio.—¡Duermes conmigo!.—le grito a lo lejos.

—¡Pero no importa...!—me grita sin moverse.

—¡En mi piso hay sitio de sobra, venga!.—le medio ordeno y ella viene con una sonrisa de agradecimiento.

-0-

Deja todas las cajas a un lado del cuarto de invitados, coloca el pijama en su cuerpo y comienza a hacer la cama.

—Abi.—me llama.—perdón, que diga, novata.—se corrige a sí misma.

—Wifi.—respondo a su llamada asomándome por el marco de la puerta.

—Gracias.—sonríe.—prometo buscar pronto un apartamento.

—No tengas prisa, aquí siempre serás bienvenida y más si compras galletas.—le sonrío de lado, ella ríe y me marcho a mi habitación.

Me paseo por el salón hasta llegar al sofá y tirarme para comer galletas mientras miro mi teléfono. Harper me ha dejado en visto, seguirá estudiando.

Yo lo tengo claro, he estudiado los 6 temas y los otros 3 pienso hacer chuletas, no me voy a complicar mucho.

Un golpecito da en mi ventana y doy un pequeño salto en el sitio y la galleta se me cae de la mano. Miro la terraza con ira y voy maldiciendo todo lo qie me encuentro hasta llegar a ella.

Max se encuentra en su terraza y me pide que salga. Pongo mis ojos en blanco, observo que Wifi está dormida y dejo abierta la otra puerta por si le da por cerrarme la puerta. Agarro la bata y salgo.

—¿Qué?.—respondo borde.—has hecho que tire mi galleta.

—Vaya, buenas noches a tí también princesa.—pone los ojos en blanco.—tengo que hablar contigo.

La hija de Josh Miller 2 ®| Terminada✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora