Capítulo 11- Metidas de pata!

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Me imagino la cantidad de veces que alguien me habrá arrastrado en situaciones similares, pero el solo hecho de que Vanesa sea quien hiciera esa tarea, hacía que algo se me removiera en mi estómago, y no, no era todo el alcohol que había ingerido, me gustaba su cercanía y más el hecho de que se la arrebaté al idiota de mi hermano. Ese era un tema que me desconcertaba, ¿Porque me molestaba que él se le acercara? porque de momento y en el estado en que estaba sentía la urgente necesidad de separarlos como que de verdad era estúpido y no me comprendía ni yo mismo.

Llegamos hasta una mesa bajita, rodeada de unos sillones acolchonados blancos, en los que de pronto me apetecía tirarme de cabeza a dormir. Sin poder controlar mis movimientos choqué con la pata de la mesita y caí en el sillón, fue sin querer lo juro, y arrastré a Vanesa conmigo... dejándola bajo mi mitad de cuerpo. Al principio me reía de los nervios o del pedo, no estoy seguro, luego me di cuenta de que ella no la estaba pasando bien, por lo que me intenté correr para liberarla de mi peso pero caí al suelo de espaldas. Los que estaban en el sillón del otro lado de la mesita se reían y fueron a levantarme, ya que a Vanesa se le hacía imposible. Me ayudó a acomodarme y se sentó a mi lado

-Vanesa: ¿estás bien? ¿Te golpeaste?- examinaba mi espalda, cabeza y cara, sin darse cuenta que estaba demasiado cerca de mi rostro. Ohh fue tu peor error pequeña...-

-Christian: estoy bien, demasiado bien, no podría estar mejor, o creo que si podría...- dije sintiendo su respiración agitada en mi pera. Pasé un dedo sobre su mandíbula y lo dejé bajo su barbilla y acercándome aún más si era posible y la besé muy despacio, no se corrió pero tampoco respondió al beso. Tras diez segundos en que saboreé sus labios, me aparté y examiné su rostro, estaba roja y se levantó de un salto-

-Vanesa: Veo que estás bien, mejor me voy, ya mejor acuéstate un poco- y se dio la vuelta nerviosa como para irse-

La agarré de su muñeca y con fuerza la tiré hacia mí, estaba sentado... no podía ponerme en pie aunque quisiera

-Christian: no te vayas tan rápido, lo siento por eso, es que no es la primera vez que tus labios me invitan a probarlos, no pude resistirme perdón- y la abracé por las caderas como un crío abraza a su madre-

Ella quedó inmóvil y dio un respingo con el grito de mi padre

-Leonardo: ¿¡Christian que haces!? Suéltala!!- la solté y ella retrocedió 2 pasos- mira en el estado que estas, ¿te tomaste muy en serio la libertad de los 18 años no? pues no te creas que te vas a librar de mi regaño jovencito, esta fiesta se terminó para ti-

Y si... no sé cómo llegué a mi cama, cuantas horas había dormido ni que había pasado exactamente. Al ponerme de pie sentí que mi cabeza estallaba y unas inmensas ganas de vomitar me hicieron dar un salto de la cama y correr hacia el baño- genial, la mezcla me sentó fatal, no iba a recuperarme de esto por años-

Me di una ducha, cepille mis dientes y salí del baño envuelto en una toalla gris en mi cintura, descalzo y con el pelo revuelto. En el pasillo me choco a Thomas que me lanza una mirada de odio y choca mi hombro. Si no hubiera sido por lo mierda que me sentía hubiera golpeado al imbécil. Sólo me limité a devolverle la mirada y seguí caminando hasta entrar a mi habitación. Me pongo un bóxer blanco con el elástico gris oscuro y me tiro de nuevo a la cama. No se me había calmado el dolor de cabeza, ni el revoltijo del estómago ni el sueño. Hasta que un golpe en mi puerta me hace sobresaltar. Mamá llamándome, no contesté, ella solo abrió despacio la puerta y asomó su rostro

-Marie Anne: levanta que ya sé que estas despierto

-Christian: Shhhhh me duele la cabeza

-Marie Anne: menuda manera de empezar tu adultez, te bebiste hasta el agua de los jarrones- se escuchaban pasos fuertes que retumbaban en mi cabeza y se abre más la puerta de un empujón-

Rebelde porque si  #TintaAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora