Capítulo 12-

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¿¿¿Sermón??? ¡No! una completa charla de adicciones, superación y de personas que perdieron su vida por las drogas y bla bla bla... Mamá lloró toda la puta charla, igual que mis abuelas y mi tía. Mi hermana Claire insultándome por ser irresponsable, porque sufrí tanto de niño para arruinarme la vida con sólo 18 años -ya se le había subido el papel de psicóloga a la cabeza... bah ¡que pesada! Thomas tirando más leña al fuego diciendo que yo me drogaba desde los 16 años y quería matarlo, se armó un revuelo porque quise golpearlo... pero mi abuelo me frenó... porque juro que lo despedazaba.

-Christian: sé que soy un idiota-dije con mi voz agitada por la pelea con mi hermano- pero a partir de que cumplí mis 18 años soy dueño de elegir como vivir y como morir-me di vuelta y me fui dejándolos a todos con la boca abierta-

Agarré mi moto por primera vez y me fui a dar unas vueltas sólo; paré en el bar de Tato se puso admirar mi regalo diciendo que era muy pendejo para andar con una nave así, bromeamos y tomamos unas cuentas cervezas.

Habían pasado unas 4 horas desde que me fui de casa y tenía 38 llamadas perdidas de mis padres y mensajes pidiéndome que vuelva que estaban realmente preocupados. Di unas vueltas más por la zona de discotecas y me volví a casa porque no encontré nada interesante.

-Marie Anne: hijo ¿estás bien? ¿Porque te fuiste así? ¿Porque no contestaste a nuestras llamadas?- sonaba desesperada y se veía aún peor, señal de que estuvo llorando mucho y me acunó el rostro entre sus delicadas manos-

-Christian: necesitaba estar sólo mamá, estoy bien- retiré sus manos y le ofrezco una media sonrisa- me voy a dar una ducha... permiso-

Así transcurrieron los días, semanas... cada uno volvió a su vida normal... estábamos en fechas de exámenes, era mi último año y quería terminarlo ya, así que puse todo mi empeño, aunque me costaba mucho concentrarme. Pero la situación que se daría a continuación no me ayudaría en nada. Desde la noche de mi cumpleaños no tuve la oportunidad de hablar con Vanesa, le debía una disculpa y también sabía que me querían lejos de ella. En la clase de Biología nos tocó hacer grupos de investigación, estaba ella, Julián, Ariadna y yo, al principio Vanesa se quiso cambiar de grupo pero mi prima no la dejó, me sentí como un maldito abusador, me hizo prometer que no me le acercaría a menos de 4 pasos de ella y acepté. Nadie dijo nada de las miradas, no podía sacarle las vista de encima- examinaba cada facción, su piel era tersa, blanca y suave, se veía tan delicada... y sus labios, finos y perfectamente delineados... ¿pero qué mierda estaba haciendo? ¿Acaso me gustaba más de lo que quería admitir? no es que no fuera linda, pero era algo más... tenerla cerca me aceleraba los latidos y me ponía nervioso.

-Christian: necesito pedirte perdón-dije desde mi asiento teniéndola a ella en el banco del frente- me desubiqué, fui un idiota, perdóname- vi cómo se tensó y se puso colorada cuando me miró a la cara-

-Vanesa: ya está olvidado, tampoco fue para tanto- ¡auch! eso sí que dolió, hubiera preferido que me mande a la mierda-

-Ariadna: ya primo ¿no ves que no le importa? déjalo así

-Christian: okey ya entendí, entonces ¿porque no me dejan acercar a ella?

-Vanesa: porque no es necesario, así estamos bien...

-Christian: ¿tan mal me porté? no soy un monstruo lo sabes...

-Vanesa: mantén una distancia y estaremos todos bien okey- dijo de manera seca-

-Christian: ¿podemos aunque sea ser amigos?

-Profesora: ¿pueden arreglar sus problemitas amorosos a la salida jóvenes por favor? tienen un trabajo que hacer vamos- estúpida profesora-

A la salida de clases cuando volvíamos caminando como todos los días me acerqué más a ella, me di cuenta que apresuraba el paso para alejarse de mí...

-Christian: vamos Vane no huyas, dime que puedo hacer para que cambies tu visión sobre mí- la agarré de la mano y la detuve para ponerla lo más cerca de mi posible

-Vanesa: no hay nada que puedas hacer, de verdad Chris, yo no soy una de esas a las que estás acostumbrado y creo que no necesitas que te perdone, tampoco mi amistad, porque a ti no te interesa eso ¿verdad? ¿Te da lo mismo o no? - ¿que? me confundió con lo que dijo, se deshizo de mi agarre y se adelantó con mi prima, dejándome parado y confundido-

-Julián: no es un hueso fácil de roer amigo, ya déjala no necesitas a mi hermana para vivir ¿o sí? Anda olvídalo

No sé si era porque me decía que no o porque realmente si me interesaba, pero no podía quedarme de brazos cruzados así que avancé unos pasos y la volví a tomar de la mano

-Julián: ¡que masoquista eres por dios!- dijo exasperado y golpeando su frente-

-Christian: te voy a demostrar que si me interesa tener tu amistad- hacía fuerza para soltarse- no te gastes no te pienso soltar- la miré y vi que se asomaba algo parecido a una sonrisa, tímida, pero sonrisa al fin- y claro que no eres una de esas chicas cualquiera, por eso es que me importa tanto que me perdones por lo de esa noche-

Caminamos como tres cuadras de la mano a pesar de que me suplicó que la soltara que no se iba apartar de mi lado, fue muy divertido y no me sentí para nada incómodo. Al final termino accediendo a ser mi amiga, ésta vez de verdad, moría por preguntarle qué pasaba con mi hermano, pero no me animé- ya después atacaré a preguntas a Ariadna.


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