Capítulo 30 - Desnudando a Christian

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Estoy seguro de que me dormí por mucho tiempo, cuando desperté había un médico con los anteojos más feos que vi en mi puta vida, la Dra. Mónica, Ezequiel y dos enfermeros- Hablaban entre ellos hasta que se dieron cuenta de que había despertado y me dedicaron toda su atención-

-Dra. Mónica: hola pequeño ¿cómo te sientes?

-Christian: creo que bien*con hambre- era la verdad, no recordaba cuando fue la última vez que había probado bocado-

-Ezequiel: esa es una buena noticia, ya pido que te traigan algo-

Ya me habían desatado, me hicieron sentar y me acercaron una mesita alta de esas para comer con rueditas- me dieron una chuleta de cerdo con unas papas y algo de vegetales con un zumo de naranja recién exprimido- creo que me devoré todo en un minuto- -Me preguntaron cosas de mi vida, de cómo me sentía- todo parecía ir bien, pero unos días después me sumergí en un infierno del que no sabía cómo salir-

Estaba confundido- no sabía si estaba teniendo una pesadilla o si en realidad había personas sin rostro que me agarraban de todas partes*me dolía la carne*gritaba*me intentaba liberar de ellos, pero el agarre era más fuerte*tenía mucho frío*sentía que desgarraban mi ropa* se me reían a carcajadas de manera diabólica*suplicaba que por favor me soltaran*sentía como un líquido caliente que me iba quemando el pecho y yo lloraba y gritaba porque el dolor era real

-Ezequiel: ¡¡Christian detente!! ¡¡Por favor niño para!! ¡¡Escúchame!! ¡¡Abre los ojos vamos!! ¡¡Vas a lastimarte!!- se oía desesperado-

Cuando vuelvo a la realidad estaba tirado en el piso en un rincón de la habitación y Ezequiel con los enfermeros frente a mí-

-Christian: ¡¡NO ME TOQUEN!! - les grité -me quiero ir... necesito aire... por favor quiero respirar y me aprietan- hacía el gesto de que alguien me apretaba el cuello-

 por favor quiero respirar  y me aprietan-  hacía el gesto de que alguien me apretaba el cuello-

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Me sientan en una silla de ruedas, me piden que me tranquilizara para poder salir afuera. Me llevan a una galería, ya hacía mucho frío, era una tarde de invierno - el cielo estaba totalmente oscuro-nada de luz como en mi interior- respiré todo el aire que pude almacenar en mis pulmones- y cuando me di cuenta de que no tenía como escapar de allí, me puse a llorar hasta quedarme sin lágrimas-

La Dra. Mónica y Ezequiel, me llevaron a una pequeña sala con una mesa redonda y sillas de madera oscura para hablar-

-Dra. Mónica: ¿estás más tranquilo mi niño?-ella es amorosa pero yo cortante y con mi voz rasposa le dije que no me dijera niño, que no me gustaba y que ya no lo era-

Me repugnaba que me dijeran eso- me preguntaron cosas, muchas cosas y para recompensarme por cooperar me llevaron a ver las instalaciones del lugar- A la salida de la sala donde estábamos había una sala mucho más grande, con sillones y mesitas bajas, había una biblioteca, un tv grande que al momento estaba apagado, un equipo de música, en un costado y separado por paneles de pvc transparentes, un gimnasio, bastante completo- al pasar la gran sala había una puerta que llevaba a un enorme comedor ,como los de las escuelas públicas, con mujeres cocinando en grandes ollas y cocinas- después de eso estaban los pasillos que llevaban a las habitaciones, estaba el pabellón para chicas a la izquierda y el de chicos a la derecha-

Rebelde porque si  #TintaAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora