— ¿Cómo que hay sólo una habitación reservada? — pregunto confundida. — He reservado dos.
— No, señorita. Lo siento. Usted es Laura Marano, ¿verdad? — dice la recepcionista.
— Si.
— A su nombre está reservada una suite con cama matrimonial. — responde, mostrándome mi reservación.
— Debe haber sido un error. Queremos dos habitaciones. ¿Puedo pedirlas ahora?
— Lo siento, pero no hay disponibles.
— ¿Cómo que no hay disponibles? ¡Hay más de cien habitaciones aquí! — exclamo enojada.
— Tomaremos la suite. Gracias por su atención. — le dice Ross para después alejarse.
Y entonces lo entiendo todo. Lo sigo al ascensor, y una vez allí arriba, mi mano se estampa contra su mejilla.
— ¿Y eso por qué fue? — pregunta.
— Por cambiar la habitación, y por todas las veces que intentes pasarte conmigo en estas dos semanas y yo no pueda contenerme. — respondo encogiéndome de hombros.
Ross suelta una carcajada, y yo sonrío con la cabeza gacha. Sus dedos van hacia mi barbilla y mis ojos se encuentran con los suyos con suavidad.
— Lo has hecho a propósito. — susurro.
— ¿Yo? Me ofende que pienses eso de mi. — dice sonriendo de lado.
— Eres un idiota.
— Lo pasarás genial en estas dos semanas. — me promete. — Somos solo tú y yo aquí, Laura.
— Por más de que ahora mismo estemos alejados de nuestros problemas, eso no los hace inexistentes.
— No, pero los hace menos problemáticos.
— ¿Natalie sigue siendo tu esposa? ¿Emma sigue siendo tu hija no reconocida? ¿Wesley sigue siendo la persona con la que estoy saliendo? — pregunto.
— Bueno, si...
— Entonces no veo cómo algo de aquello puede cambiar aquí. — digo seriamente.
Las puertas del ascensor se abren y yo me dirijo a nuestra habitación, Ross me sigue en silencio. Me encierro en el baño y no salgo de allí en todo el resto de la tarde.
Eran dos semanas con Ross Lynch. Dos jodidas semanas con ese hombre que había sido mi perdición desde hace ya seis años. ¿Cómo lograría resistirme a él? ¿Debería?
Suelto un suspiro y decido salir del baño, nuestra cena con Fleury había quedado programada para mañana, domingo, así que esta noche nos quedaríamos aquí.
Cuando salgo, Ross está acostado en la cama revisando unos papeles en ropa interior. Intento no prestar atención en su cuerpo y me siento a su lado.
— ¿Crees que él acepte? — pregunta preocupado.
— ¿Por qué no? La propuesta es buena, los argumentos son fuertes y somos nosotros dos. — respondo.
— Gran parte del trabajo es tuya... Tu padre lo sabe. — murmura.
— Somos un equipo. Tú y yo. Mi padre sabe que la empresa funciona y mejora a causa de nosotros dos.
— No lo sabes, ¿verdad?
Lo miro confundida y él suelta un suspiro, deja los papeles en su mesita y me mira.
— Me iré de la empresa, o seré tu empleado, ya lo soy... Pero me refiero a un rango más bajo.

ESTÁS LEYENDO
Her (TERMINADA)
LosoweLaura Marano ha estado enamorada de Ross Lynch desde que tiene memoria, un amor que solo le traía sufrimiento y vergüenza. Ella sabe que no es saludable amar a ese hombre de la manera en la que lo hace, pero no puede evitarlo. Ross Lynch nunca la h...