Capítulo 6

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¿Solo con él?

-Tenemos que ir sólo nosotros cuatro- demandó Amanda.

Lion estaba boquiabierto-. ¿Cómo? ¿Y yo qué?

-No puedes ir- añadió ahora Héctor.

Decir que estaba enojado era poco, pero cómo no estarlo, ¡su equipo quería dejarlo en casa mientras ellos salían!

-Pero ¿por qué? Somos un equipo, ¿lo olvidaron? Tenemos que ir todos.

Zack rodó los ojos-. No puedes ir porque tiendes a ser demasiado impulsivo, no necesitamos eso hoy. Entiéndelo.

Según Lion, ellos eran unos malditos perros, y su mirada lo decía todo, es que no tenía sentido, ¿por qué dejarlo ahí?, ¿disque para cuidar al jardinero? Bien le podían decir que volviera al otro día, pero parecía ir enserio que sus compañeros no querían que fuera, ¿en serio así era de impulsivo?

-Además- Louis tosió-. En caso de que tengas miedo de quedarte aquí tú solito, ahí tienes al jardinero, al parecer ya son muy amigos.

Lion se sorprendió demasiado al escuchar eso, el jardinero y él no eran amigos, tan solo habían hablado sólo cinco minutos, y digamos que la charla no fue tan buena.

-Estás loco si crees eso, Louis. No duramos ni cinco minutos hablando, dime, ¿a eso se le llama una hermosa y duradera amistad?- pronunció esto último sarcásticamente y con una sonrisa irónica.

-¿Ves? Por eso no queremos que vayas, echarías a perder todo con comentarios como ese- atacó Zack y los demás asintieron.

Se hizo así mismo con una condición-. Bien, vayan ustedes con el delegado, pero quiero que lo graben todo- de lo contrario eso será motivo de sospecha hacia ustedes, terminó con ese pensamiento su condición. Esperaba que fuera solo eso, un pensamiento.

Treinta minutos después sus compañeros emprendieron la marcha en la dirección que Adán les había dicho que era para el pueblo. Lion aprovechó ese momento de soledad para hurgar un poco más en los cajones del cuarto matrimonial.

Se decepcionó enormemente cuando vio solamente cosas usuales en una habitación, alcohol etílico, joyas, una secadora, etc. Estuvo a punto de cerrar todo pero algo le detuvo. En el fondo del cajón inferior había un sobre, por lo que Lion pudo ver contenía una carta dentro, pero nunca llegó a su destinatario pues el sobre estaba completamente cerrado.

-Qué cosa más curiosa- dijo para sí mismo mientras veía detenidamente el sobre, no tenía ni firma ni nada, ni siquiera una postal.

Sus compañeros se habían largado a las dos de la tarde, ya habían almorzado pero eso fue muy temprano, el estómago de Lion comenzaba a doler y recordó que afuera estaba Adán, ambos tenían que comer, y a menos que quisiera tener la cocina toda quemada decidió que él tenía que cocinar, bufó, dudaba que el maldito de Adán supiera hacer siquiera un huevo.

Guardó el sobre en el bolsillo de su pantalón, no se lo enseñaría a los demás, esa especie de pista se la guardaría para él solo.

Adán, todo sudado y sucio, se sorprendió enormemente al escuchar la invitación de Lion para comer con él, al principio desistió de ello, pero luego su estómago comenzó a molestarlo con los típicos sonidos de hambre, así que dejó sus herramientas y entró a la casa.

Lion sirvió la comida, dejó su plato delicadamente en el lugar donde se sentaría, después, dejó bruscamente el otro plato donde Adán estaba sentado, eso causó que el caldo que había dentro se moviera de un lado a otro, cayendo un poco en el pantalón de Adán.

LIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora