¿Detective?
Mierda, pensó, tenía que limpiar una casa que no era suya, y esa casa estaba terriblemente sucia y desordenada como para ser un trabajo para solo una persona. Una pequeña ráfaga de viento frío pasó por su cuello y brazos, recordándole que estaba fuera de aquella casa, en la chimenea, se metió rápidamente, no queriendo recibir más oleadas heladas. Fue a la sala principal y se sentó en una de las sillas de madera. Recorrió las paredes con la mirada y en la pared de su izquierda halló lo que buscaba: un reloj.
Según el reloj eran las siete y media de la mañana, demasiado temprano, pero no tenía sueño. Al contrario, parecía haber dormido todo un día y no haber comido nada al mismo tiempo, su estómago pedía a gritos comida, pero no podía ingerir nada con las condiciones de la cocina, en la noche tal vez tendría que ducharse, para eso necesitaba aquel baño que parecía haber sido utilizado hace años. Tenía que limpiar.
Con un suspiro se levantó de la silla y buscó lo necesario para hacerlo: jabón, talladores, escoba, cloro, algunas fibras y algo de pinol.
Comenzó por arreglar lo fundamental; la cocina, lavó la estufa con demasiado trabajo pues esta estaba llena de cochambre y grasa; siguió el horno, las repisas, sacó a todas las cucarachas de los cajones con un remedio que su madre le enseñó de pequeño, volvió a meter los productos comestibles a los mismos, la alacena y el piso.
Se cansó, cortó, magulló y lastimó todo el cuerpo arreglando los diferentes cuartos de la casa: la sala, los anaqueles del pasillo, el baño para la ducha, el cuarto de las lavadoras, la chimenea y los trastes sucios. Cuando terminó ya eran las siete y media de la tarde, vaya que la casa estaba sucia.
Fatigado y adolorido se fijó en el refrigerador y encontró con mucha suerte un rollo de queso oaxaca° y un toper con tortillas hechas a mano.
-Gracias a Dios- murmuró con alegría.
Se dio cuenta de que no había hablado en todo el día y su voz le sonó rara. Fue a la estufa, tomó un sartén de la alacena y lo puso sobre la parrilla de la misma. Tomó el aceite y se preparó con mucho gusto seis quesadillas fritas de queso oaxaca.
Al terminar, se lamió los dedos, complacido y lleno, bebiendo al último, un gran vaso de agua con limón, sin azúcar.
Se decepcionó al prender la televisión y ver que no había servicio de sky o dish, optó por leer un libro, específicamente, uno de los que había visto en el cuarto en el que despertó.
La habitación seguía desordenada, no tuvo ni tiempo ni ganas de limpiarla, frente al librero, recorrió los títulos de los libros para ver si alguno de ellos le llamaba la atención. Bajó la vista, y algo acaparó toda su atención en la parte baja del mueble. Había dos puertitas. Ambas cerradas pero sin nada que impidiera abrirlas.
Se agachó con algo de esfuerzo y las abrió con cuidado, deseando no encontrarse con alguna rata o algo peor. Lo siguiente que vio fue una Tablet encendida, en la pantalla había una inscripción:
IMPORTANTE
PULSE AQUÍ
Él botón se apagaba y volvía a su color original, frunció el ceño, era obvio que no era una Tablet del dueño original de aquella habitación. Sacó el artefacto del interior del mueble, lo sostuvo en su mano izquierda y revisó el interior de aquel pequeño espacio que se ocultaba tras las puertecillas. En el fondo, había una Tablet Lenovo, unos libros escolares, plumas, hojas y una carpeta, todo ello cubierto de polvo, excepto la Tablet que tenía sujeta en la su mano. Era más que evidente que se la habían dejado a él, ¿pero quién?, pensó.
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LION
Mystery / ThrillerEl asesinato de una familia.... Amor que no puede ser... Un chico capaz... Un chico asesino... El asesinato de la familia Acosta tiene desolados a los miembros del gobierno, mismos que buscan al culpable mediante investigación en cubierto. Pero inc...