• "Primeras experiencias."

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"AoKaga Family" ❤

Aomine Taiki. / Midorima Hideki. / Akashi Raffe. / Kasamatsu Yukino. (c): Ina-Stardust R' :v

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El incesante sonido comenzo a repetirse de nuevo y la pareja ya no tan segura ahora, comenzó a exasperarse por no encontrar su procedencia.

Si, el celular de Taiga yacía perdido en algún lugar del departamento y todo por culpa del moreno en frente suyo.

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-Me debían unos favores así que pude salir antes.

Es verdad, amo cada palabra en esa frase pues Daiki no siempre podía salir temprano de la jefatura de policías pero, aún con todo lo anterior, no podía desestabilizar su rutina.

¡Y con lo complicada que la tenía!

A pesar de ello, tampoco pudo resistirse cuando le comenzaron a besar el cuello con ahínco mientras las manos morenas de su esposo se colaban debajo de su playera haciendo enseguida que el almuerzo a medio preparar, fuera olvidado en la cocina.

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-Tonto Ahomine, ¿que le voy a dar de comer a Tai cuando esté en casa?

-Hamburguesas. - sentenció el moreno mientras el pelirrojo le hacía un puchero, él amaba cocinarle a su hijo, además ese día era uno especial.

-¿Escuchas eso? - la melodía que creyó no había escuchado se hizo más constante y Taiga aún desnudo brinco de la cama buscando su teléfono. -¿Donde está?

-Tranquilo, si es importante volverán a llamar. - el moreno se rasco la oreja mostrando su poco interés.

Hasta que el sonido se repitió varias veces más haciendo que se incorporara por fin de la cama.

-¿Y si es del colegio? - los dos padres se miraron un tanto preocupados ahora.

-¿No tienen mi número a caso? - cuestionó el peliazul revisando de nuevo debajo de la cama.

-Se supone que estas en servicio y yo siempre estoy atento, ¡argh Ahomine!

El moreno suspiro de alivio al notar que, detrás de la mesita de noche, se encontraba el dispositivo móvil que al parecer se había deslizado y atorado ahí.

-¡Aquí está! - exclamó. -Ahora deja de gritar.

El pelirrojo lo tomó veloz dándose cuenta que en verdad era del colegio.

Ese día habían tenido su primera salida recreativa a un zoológico, su pequeño había estado tan emocionado esa mañana que ahora en los mensajes de voz sólo escuchaba su llanto.

-D-Daddy. - lo escucho gimotear. -Quiero entrar a ver las aves p-pero, hay patos. ¿Qué hago?

El par de Aomines no pudieron evitar sonreír conmovidos, su pequeño también tenía una fobia y ellos sabían bien de ello.

Los siguientes mensajes que tenía, venían del teléfono de su pelirrosa amiga que había acompañado en la visita escolar como apoyo.

-Tai-chan esta bien, no se preocupen. - se leía debajo de las fotografías que mostraban a su pequeño dentro del aviario con Hideki quien a pesar de ser más bajito que su hijo, lo llevaba de la mano mientras Yukino y Raffe mantenían lejos de su amigo a los peligrosos patos.

-Daddy, lo hice. - hablo ya más animado el pequeño desde el teléfono de la profesora. -Ya vamos a la escuela.

-No vayas a llorar. - hablo el moreno después de escuchar el último mensaje. -Él es igual de genial que yo, ya ves.

-Eres un idiota. - sonrió mientras alejaba un poco a su esposo que se había acercado para abrazarlo. -Creo que lo mejor es ir por él y salir a comer para festejar su logro.

Aomine asintió, no podía negarle nada a su esposo por mucho que sugiriera esa idea primero o qué quisiera descansar, además también quería escuchar todo lo que su pequeño tenía que contarles.

Un vistazo en el celular no era suficiente para ninguno.

"De tales milagros, tales hijos... "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora