Capítulo 13

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Me levanté con algo suave y húmedo presionando delicadamente sobre mi frente. Gruñi levemente pues me estaba haciendo despertar, y aun estaba cansando.

- Me tengo que ir - murmuró una voz.

Por un milisegundo, iba a abrir mis ojos de golpe y a saltar de la cama, pero recordé la noche anterior y me relajé.

- Quédate - murmuré en una voz demasiado ronca para mi gusto.

Mi piernas amarraban el cuerpo de Calum contra mi, sin dejarle escape. Su piel estaba caliente, no como lo esta ahí afuera de la cama, y de tan solo pensar que saldría así nada más al frío, me hacía querer encadenarnos aquí. Estaba muy cómodo sintiendo la piel suave de su espalda contra mi mano. Sentía como jugaba con mi cabello, dando vueltas a mis inexistentes rizos.

- No pueden saber que estoy aquí - habló Calum cerca de mis párpados, los cuales abrí lentamente después de sentir el calor de ellos cerca.

- Está bien - asentí, mirándolo a sus ojos enternecido.

Calum me sonrío de lado, y cortó la pequeña distancia entre ambos para plantar sus labios sobre los míos. Lo que me pareció una eternidad, abri mis labios para aceptar los suyos. Su lengua rozó mi labio superior, haciendo que inconscientemente lo acercara más hacia mi con mi pierna que descansaba sobre su cadera.

Mordí su labio inferior, que era mi favorito, ya que era tan jugoso, grueso. Calum jugaba con mi cabello, revolcandolo más de lo que probablemente ya estaba, podía sentir nuestros pechos subir y bajar a un nivel descontrolado, como nuestros alientos chocaban unos con otros. Cuando mi pelvis chocó contra la suya solo me hizo gruñir más. Moviendo más mi pierda derecha sobre el, logré posicionarme en su regazo, soltando un suspiro cuando lo sentí cerca de mi.

Solte sus labios, y fui dejando besos a lo largo de su mandíbula, lamiento especialmente esa parte, trasando esa fuerte curva. Calum me dio acceso a su cuello mas fácilmente, dejándome besarlo con detenimiento. Cada suspiro de su parte me hacía agarrar las sabanas con mas fuerzas, tratando de controlarme. Sino, sabia que ya habría terminado de espaldas.

No pensaba hacerlo lento, porque no sabía si de verdad ibamos a hacerlo. Pero solo me gustaba escuchar esos soniditos de placer que le causaban mis besos, me mandaban un escalofrío por la piel.

Ya pronto llegaba a esa área que tanto ansiaba, y lo sabía porque Calum se ponía a respirar más fuertemente y yo lo sentía chocar contra mi.

Me quedé ahí sobre él unos segundos, para dejale pensar que quería, pero Calum tenía aspecto de estar frustrado conmigo. Tomó mi cuero cabelludo, poniéndome tenso por el pequeño choque de exitacion que me dio, y dio un tironsito hacia abajo.

No se hable más, dijo el joven narrador.

Cuando Calum por fin se fue, volví a quedarme dormido, pues estaba extra cansado. No había descansado bien para volver a cansarme, estupido.

- ¡Tyty! - golpeaban en la puerta. - Tyyyty. Mamá va a venir - gruñi tapándome los oídos.

Tanamá seguía golpeando la puerta hasta que fue molesto.

- ¡Dios santo ya voy! - grité de verdad molesto.

Tomé mis calzoncillos y abrí la puerta de mala cara. La niña me miró con ojos inocentes a traves del cabello negro que le caía por la frente. Soltó una risita antes de salir corriendo a la sala donde podía escuchar a mamá recogiendo.

De mal humor, abrí la puerta del baño para entrar y bañarme. El agua fría empeoró mi humor, estaba demasiado cansado como para que cosas mínimamente irritantes me pasaran. Pensé, a la mierda la escuela, como quiera llegaría tarde. Pasando mis manos por mi cuerpo, se me soltó us sonrisa involuntaria cuando recordé a Calum en mi cuarto. Hubiera pensando que fue un sueño, pero sabía que yo mismo no me había producido rasguños en los hombros. No sabía que tenía las uñas largas.

Sorprendiéndome de momento, como si la pregunta fuera tan obvia que me pareció estupido no preguntar, era, ¿por qué vino a mi cuarto en la madrugada?

Comencé a preocuparme y a recrear toda la escena. Estaba tan cansado que la verdad ni siquiera quería hablar, solo quería demostrarle que me tenía. ¿Le habrá pasado algo antes de venir? ¿Habrá estado drogado o borracho después de todo?

Gruñi debajo del agua, maldiciendo mi estupidez. Pobre Calum vino por apoyo y yo solo pude acostarme a dormir.

Apagué la ducha, abrí la cortina, haciendo que una rafaga de viento me golpeara, y tomé mi toalla para secarme. Revolqué mi cabello en la toalla, secándolo lo mejor que pude, y me enrosqué la toalla en la cintura. Entré a mi habitación para toparme con una pequeña sorpresa.

Tanamá estaba sentada en mi camada, jugando con sus piernas que colgaban de la cama.

- Tienes que llevarme al pre-pre - me dijo, mirando al suelo.

- Carajo - murmuré, a lo que ella frunció el ceño ofendida.

- No se dice - reprendió.

La miré sobre mi hombro recolectando mi ropa de la coqueta.

- Ya son las ocho - advirtió cuando salía al baño para vestirme.

- Si pues no sabía que debía llevarte - comenté, cerrando la puerta detras de mi.

Agarrando mi camisa por los dientes, comencé a teclear en mi celular.

Lo siento, Calum. ¿Estas bien? ¿Necesitas algo? Podemos hablar mejor despues de la escuela

Comencé a vestirme. Me revolqué el cabello echándome un poco de gotas de coco en él. No iba a lograr que se enrizara, pero era mejor a que estuviera completamente caído.

-Vamossss, Tyyyy - insistió desde el otro lado de la puerta Tanamá.

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