Capítulo 19

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El sol ya estaba cayendo cuando salí del campo. Los jugadores ya estaban parchados y revisados, y esperaba que descansaran luego del largo entrenamiento de hoy. Mi mochila colgaba de mi hombro mientras caminaba hacia el auto. Calum me había enviado una foto de nuestra cena, lo cual como siempre, consideraba romántico. Aun se encuentra ejerciendo como enfermero, pero también está estudiando para su doctorado. De verdad tenía mas oportunidades que yo.

Calum y yo vivíamos en el centro de la cuidad. Nos tomó unos dos años decírselo a nuestros padres, y dos años más mudarnos juntos. No hubo mucho que pensar cuando ambos queríamos nuestra independencia. Yo trabajo cómo médico para los jugadores de fútbol de la ciudad, y aunque pareciera sencillo, son bastantes "pacientes", por decirle así. Por ende, con la paga, contribuyo igual que Calum lo hace.

Estoy cerca de casa, asi que en 25 minutos ya estoy estacionando el carro en el edificio. Bajo todas mis cosas, y subo el elevador hasta el cuarto piso. Lo más seguro olía un poco a sudor, ya estaba pensando en el baño que me quería dar mientras abría la puerta a nuestro apartamento.

Unas risas gruesas interrumpieron mis pensamientos. Estaba en la puerta, y la cocina tapaba la vista a la sala, de donde provenían esas risas. Cuando cerré la puerta, las risas cesaron, y alguien carraspeó. Tragué saliva fuertemente.

- ¿Tyler? - preguntó Calum desde allá.

No me digné en responder. Me forcé en caminar hasta dónde estaban. No es que desconfiara de Calum, pero sentía el ambiente tenso, como si algo malo pasara. Traté de prepararme mentalmente para encontrarme con algún súper modelo compañero de él. Esperaba que fuera Carl o Ónix, pero ellos jamás serían tan serios como para no decir algo cuando llegara.

Antes de entrar a la sala, Calum estaba frente a mi, ya que él era más alto que yo, me tapó la vista.

Se estaba mordiendo el labio, lo cual significaba que estaba nervioso- Tengo una sorpresa- oí el chillido del sofá cuando alguien se levantaba.

Me atrevería a apostar que Calum se encontraba con miedo al ver mi cara, pues este ni siquiera se atrevía a mirar mis ojos luego de decir esas palabras. Ya mi cuerpo se estaba preparando, pues sentía la mandíbula apretada. Rodeé a mi novio para ver al hombre que había atrás. Mi mochila sintió el mismo peso que yo, pues se deslizó al suelo al instante en que lo vió.

- Hola - murmuró frotando sus manos.

- Vete al carajo - murmuré sorprendido, y marché hacia la puerta.

Escuché como Calum le decía algo al extraño, para luego seguirme.

- ¿A dónde vas? - preguntó.

Mi corazón estaba a mil por hora. No sabía distinguir si estaba enojado, triste, traicionado, todo estaba cayendo encima de mi. Mis piernas solo querían alejarse lo más rápido posible de ahí, huir, de él, de mis sentimientos.

- Tyler por favor. Tenemos que hablar. - pidió, se escuchaba desesperado, pero mi mente no pensó en sus necesidades, no cuando las mías eran tan fuertes.

- No me sigas, Calum - mi voz sonó gruesa, me dejó un sabor a bilis en la garganta.

- ¡Han pasado cinco años! - gritó.

Mi cuerpo reaccionó instintivamente, me volteé como una furia. Calum tuvo que frenar de momento.

- ¡¿Y POR QUÉ FUE?! - le grité tan duro que sentía que me habían escuchado todos en el edificio.

Calum no dijo nada más, la culpabilidad me colmó, así que di la vuelta de nuevo y me marché.

Mentiría si dijera que anduve con cuidado cuando llegué a casa de Dakota, llegué en media hora, cuando llegar allá a la velocidad límite era en una hora. Dakota tenía su propio estudio, donde vivía y pintaba, sabía que estaría ahí. Cerré la puerta de mi Toyota como si la quisiera sacar de lugar. Caminé a paso firme hasta su puerta y la abrí, pues siempre la dejaba abierta.

- Ya llegó, te llamó luego -

- Si estabas hablando con él, no me digas - dije entre dientes.

- Tienen que hablar - contestó de brazos cruzados.

El dolor de la traición volvió. Mis ojos se aguaron de tanto coraje que estaba sintiendo. ¡No podía encontrar refugio ni en mi mejor amiga!

- ¡Yo vengo primero que él! - le grité. - ¡Teníamos un acuerdo, Dakota! - gruñí. - ¡¿Por qué lo defiendes ahora!?-

Dakota golpeó la mesa junto a ella, mostrando que no tomaría ninguna de mis mierdas.

- ¡Porque es mi prometido! -

Mixed ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora