Fall (Hoseok , Jungkook y Tú)

Capítulo 10

•Narra ______

Suspire pesadamente. Las palabras de Hoseok seguían latentes en mí cabeza. Él me amaba a mí, siempre estuvo enamorado de mi. Seguramente fue muy doloroso para él verme con JungKook. Sentía mucha pena... Y ¿felicidad? En cierta manera sus palabras hicieron que mi corazón  latiera con fuerza.

Hoseok me llamaba la atención cuando era pequeña, era el único chico que me hablaba y él era un ídolo para mí. Pero me di cuenta que él no tenia ojos para mí así que decidí abandonar aquella absurda idea. Pero ahora todo era tan de repente, tan sorpresivo.

Había estado con él, había hecho el amor con él. Lo había disfrutado, me había entregado. Había sentido cosas maravillosamente inexplicables. Pero... Aún sentia la ausencia de Jungkook,  aún había un vacío en mí pecho. Un vacío que quizás él llené... Pero no podía usarlo de aquella forma,  no quería herirlo.

— Idiota — susurré con mí vista fija al vacío. Estaba confundida y tenía miedo.

No quería perder a Hoseok, no quería perder nuestra amistad. No quería herirlo, lastimarlo más de lo que ya lo hice. Una pequeña parte de mí quería intentarlo pero el miedo era mucho más grande. Si lo intentabamos, si empezábamos una relación y al final terminamos.  ¿Donde quedaría nuestra amistad? Aunque las cosas habían cambiado, ya no era igual. Estos días sirvieron de algo...  Él se iría a China, se iría de vacaciones sin mí. Nunca había estado lejos de mí  y las vacaciones las pasábamos juntos...  Se siente tan raro.

Cerré mis ojos y caí en un profundo sueño. Al otro día el despertador me levantó. Me vestí y bajé a desayunar.

— Buen día — saludé entrando al comedor, donde todos estaban reunidos desayunando.

Mi hermana mayor vino de visita. Ella junto a sus tres hijos y su esposo. Ella y yo teníamos una relación cercana, a pesar de la diferencia de edad. Ella era 10 años mayor que yo.

— Tía ______— sonrió la pequeña JazMin al verme. Le regalé una sonrisa y me senté junto a ella.

— Que raro que no este aquí Hope— habló mí hermana llevando una tostada a su boca. Ese es el apodo que ella le había dado, puesto que Hoseok siempre andaba feliz y lleno de vida.

— Se irá a China en unas horas —respondió mí mamá. ¿ella también lo sabía?

— Y no te llevó — me miró fijamente — Que mal novio —negó con la cabeza varias veces. Sus palabras provocaron que me ahogué con el té.

— Él no es mí novio — negué rápidamente.

— ¿Aún no?  ¿Que están esperando? ¡Que lentos son! Ustedes tendrían que ya estar casados — bufo molesta dejando su taza sobre la mesa. Hizo señas a su marido y a mí madre para que se llevaran a los niños a la otra habitación, quedando solo ella y yo.

— _______ — su voz sonó más gruesa y firme de lo normal — Quiero que me digas como van las cosas con él...  Ya sé que terminaste con JungKook — sus ojos se fijaron en mí y cruzó sus brazos sobre su pecho.

— Hobbi y yo... Estuvimos juntos y él se confesó pero yo aún no le doy mí  respuesta — confesé. No había caso, ella era mí hermana mayor. Tarde o temprano lo sabría.

— ay mujer — Soltó un suspiro e hizo un ademan con sus brazos. — ¿Cuánto más quieres esperar?  ¿Cuánto tiempo más  tendrá que esperar el niño?... _______ ya eres una mujer, no puedes tapar el sol con un dedo. Ese chico te ama y solo espera que lo aceptes para hacerte feliz. — Finalizó seria. Su temple era tétrico.

— Pero...  Es mí mejor amigo. No quiero que las cosas cambien. No quiero que el sufra — Respondí sincera.

— Las cosas han cambiado... Nada será como antes y lo sabes. Ahora tienes que decidir. Te darás una oportunidad de ser feliz o dejarás que él se marche. — sus palabras atravesaron mi corazón. Eran tan ciertas que dolían. — si Hoseok irá a China, tienes que impedir que él suba a ese avión sin saber tú respuesta...  — sugirió.

Me puse de pié al instante. Ella tenía razón, yo no quería perder a Hoseok. No quería hacerlo, debía intentarlo. Nadie sabe cuanto durará, que es lo que pasará. Pero lo intentaría, tenía que intentarlo.

Sin esperar ni un segundo más fui directo al edificio. Mí hermana se ofreció a llevarme, eso facilitó las cosas. Bajé del auto y corrí a su departamento. Toqué varias veces pero nadie atendió, él ya no estaba. Sentí una fuerte punzada en mí pecho, lo había perdido. Bajé y volví al auto.

— Él ya no esta — negué con un hilo de voz, mí cuerpo estaba entumecido.

— Quizás lo alcancemos en el aeropuerto — Dijo ella y arranco nuevamente.

Bajé del auto y crucé el umbral de la puerta. Corrí por los largos pasillos de aquel aeropuerto, tenía que llegar o lo perdería. Corrí a gran velocidad, cuando a lo lejos pude visualizarlo. Me detuve a unos metros de distancia. Él tenía su maleta en su mano y estaba entregando su boleo de avión.

— ¡Hobbi! — grité llamando su atención. Él giro a verme y sentí como todo mí alrededor se volvía de papel. Lo había alcanzado, él no se había ido. Él estaba allí y era mío. Sentí como mí  cuerpo se relajo y mí corazón aceleraba sus palpitaciones.

•Narra Hoseok.

Suspire tristemente mirando fijamente a la opaca cerámica. Tenía la esperanza de que _______ me respondiera antes de que tomará el avión pero me equivoqué.

— nuestro vuelo — Dijo Jin poniéndose de pié. En los parlantes se oía la voz de un hombre que anunciaba que ya podíamos abordar.

— Si vas a estar con esa cara es mejor que ni vayas — Bromeó Nam dándome varias palmadas en la espalda. Me puse de pié y seguí a Jin cabizbaja. Ellos subieron primero y estaba por entregarle mí boleto a la empleada cuando oí aquella maravillosa y suave voz.

Me gire rápidamente en dirección al llamado. Efectivamente no era una alucinación. Mí corazón dio un vuelco. Allí estaba ella,  allí estaba ______. Parada en el medio del pasillo,  sus mejillas estaban rojas y sus cabellos despeinados. Llevaba la pijama y sus zapatillas más viejas.

— Ya decidí — Habló con la voz agitada, había corrido lo sabía. — Quiero intentarlo, quiero ser feliz contigo — confesó dándole sentido a mi existir.

Sus palabras recorrieron y llenaron mí interior. Mi pulso se aceleró, mí corazón latía con gran velocidad y la felicidad llenaba mi interior. Me inundaron las ganas de reír, llorar, saltas, gritar.

Solté mí maleta y corrí en su dirección para rodearla con mís brazos y elevar sus pies del suelo.

— Te amo,  te amo, te amo — Repetía una y otra vez girando,  con ella en mis brazos, sobre mí lugar.

Ella esta allí, ella me había aceptado. Ella me había ido a buscar, me detuvo. Ella era mía. Por lo que tanto había esperado, por lo que tanto había sufrido. Estaba aquí, _______ era mía.

— Te quiero Hobbi — sonrió ella rodeando mí cuello con sus brazos mirándome fijamente. Sus ojos brillaban al igual que aquel día, aquel día que la hice mía.

— Te amo — Respondí sincero. Me acerqué y uní nuestros labios cortando todo tipo de distancia. En un intento de demostrarle como me sentia en ese momento. El tiempo se detuvo y todo a mí alrededor desapareció. Solo importabamos yo y ella.

— _______ — susurré sobre su oído, cortando el beso. — ¿Quieres ser mí novia? — pregunte con mí corazón en la mano. Completamente expuesto.

— Si quiero — respondió ella en igual susurro.

No podía creer aquello. La felicidad y alegría no cabían en mí interior. Mi pecho estallaria en cualquier momento y me daría un paro cardíaco. Todo era tan perfecto, tan real. Había soñado muchas veces con esto y ahora lo tenía frente a mí. Ahora todo lo que siempre había deseado lo tenía en mís manos. Era mí turno de ser feliz...