Carta 2: A tus Ojos.

123 22 10
                                    



26 de febrero 2018

Estimada Onai; de tu eterna admiradora:

En esta noche de pensamientos profusos recordé tu mirada, los versos empezaron a fluir a travez de mis neuronas y mis dedos se inquietaron, hormiguearon de deseo de escribir sobre tus ojos que tanto expresan.

A tus ojos, esos que me transmiten todo lo que las palabras no pueden al cruzarse con los míos para que hablemos sin hablar.

A tus ojos, esos mismos ojos de mirada dulce llena de divinidad y encanto, de ternura, de pasiones.

A tus ojos; esos que se apagan ante la tristeza por pequeños instantes, pero que al sonreír traen consigo un amanecer deslumbrante a tus pupilas.

A tus ojos que me hablan constantemente, gritando sin voz lo mucho que me quieres, y en sus momentos lo mucho que me necesitas.

A tus ojos que me hacen sonreír, porque en ellos encuentro la simple gracia de la felicidad.

A tus ojos que me ruborizan, porque en ellos me pierdo; me pierdo cuando me miras intensamente, tanto que es como una fricción delicada de tus manos en mí ser, que inflaman mis más profundos delirios.

A tus ojos, que me miman, donde descanso en la paz que encuentro en ellos; hasta al pensarlos durante tu ausencia.

Escribo a tus ojos amada mía para que sigan creando esas miradas tan intensas que traspasan estas fronteras tan hondas y huecas de mi corazón, llenándolos con lágrimas de felicidad producidas por la poesía de tu existencia, porque tú existir es puro, tus ojos también, esos ojos, esa mirada.

Escribo a tus ojos porque me aman inconscientemente, porque me besan el cuerpo sin tocarme, porque me abrazan y sonrojan.

A tus ojos que llegan y traspasan hasta mis más ínfimos instintos, deseos y sentimientos.

Les escribo a tus ojos... a ti, porque te quiero, profundo, constante y ardiente; sentimiento predilecto por el cual renuncio a mi autonomía; Tus ojos que con todo tu ser me enamoran, Onai, no eres igual a ningún mortal ordinario, la mortalidad se inclina ante lo majestuoso de tu ser, se inclina ante una mirada que puede hacer sentir tanto a esta pobre doncella tan fácil de fragmentar, que se consolida en tus ojos, esos ojos que me miran para decir con tu boca lo perfecta que puedo llegar a ser.

Y ahora tu boca...

Te envío infinitos besos.

Hermione

Cartas a OnaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora