Carta 4: Pasiones.

51 18 2
                                    

19 marzo del 2018

A mi encantadora pequeña; de un sueño.

Disculpa mi escritura bohemia, de aspirante y en desorden, pero tus inspiradores escritos nocturnos cargados de una ligera falta de autocontrol provocan que un flujo anárquico corra por mis venas, un calor abrazador navegue por mi cuerpo, una sinergia de todas mis alabanziosas voces mentales gritando que me desahogue, que sea inhibida, pero esta castidad que es mi maldición me hace avergonzar hasta de mis pensamientos.

¿De donde sale? Esta maldita, porque maldita es, castidad que enciende mi rabia, pero alimenta mi talante imaginación, pensarte de manera más impura no podría ser... ¿porque es impuro ? ¿Porque lo creo?

Joder, amada mía, no es mi intención ofenderte, pero mi cuerpo se descontrola y pide a gritos un desahogo en tu ausencia, que inquieta se vuelve mi alma y tus manos no están cerca para sofocar tantas llamas que arden en mi ¿lo sientes igual?

Pasiones desenfrenadas imagino en lo umbrío de la noche, en la esquina de esta habitación tan lúgubre, tan falta de ti, ¿porque hace tanto calor dentro de tus palabras? Te pregunto...

Cuantas veces mis manos se han posado sobre tu cuerpo despojado y me cohibo de imaginarte más allá porque siento que no te respeto, mi pasión es más fuerte que yo, y termino traspasando ciertas barreras...

Y te adueñas de mi imaginación, porque ni siquiera en ella encuentro poder, tomas el control de mi y me posees ¿que haz hecho? Me convierto en tu dócil damisela, bajo tu cálida voz me doblego, me susurras tus deseos incontenibles rosando tus labios por cada rincón de mi cuerpo y reacciono ¿por que es tan real? Le hablas y él obedece; le conversas sin estar presente, y obedece, me dicen dónde y cuando, y obedece, no puedo decirte más.

No es prudente ¿o si?

¿Que es esto que siento si no estás físicamente para provocarlo? ¿Que es este pequeño dibujo de realidad ? siento tú piel, tú calor, tus manos, tu boca, la intensidad de tus pensamientos talan hasta mis fibras nerviosas, tiemblo, tiemblo de anticipación y de falta, canto con pasión susurrada gritos de libertad presa en tus brazos donde quiero ya ser vana y privada de aire.

¿y que no todo está en mi mente? Pues son míos los deseos, deduzco, dime ¿es para ti lo mismo?

Porque quiero tocarte y que me toques, besarte y que me beses, quiero desenfrenar estas pasiones , desinhibirme contigo, hurgar en lo más profundo de nuestros deseos sin contenernos ni avergonzarnos, explorar más allá de lo que una vez imaginamos. Que sepamos contar nuestros lunares, que nuestros alientos se mezclen tibios, erizarnos y gritarnos, danzar bajo la oscuridad tomadas de las manos, conocer cada rincón de nuestras bocas y desnudarnos más que el cuerpo, el alma, que nuestros suspiros se vayan apagando juntos antes de dormir con un te quiero.

Quiero ser tuya más allá de nuestras pasiones imaginadas, te doy el permiso de tomarme, muéstrame y guíame, con toda confianza te daré mi mano.

Discúlpame hermosa piel morena, discúlpame por ser demasiado casta e inocente al escribir, como para no dar detalles, y por no ser lo bastante osada para escribir con más pormenores, porque creeme que me cohibo de decirle a usted, mi querida señorita, que me enloquece y provoca de manera excitante.

Te deseo intensamente; tuya.
Hermione

Cartas a OnaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora