Carta 24: Un recuerdo.

64 10 3
                                    

19 de Julio del 2018
De mi mente; para ti

En grandes cantidades y alborotados los recuerdos se dispersan como luciérnagas en mi mente, y estás presente firme en cada uno de ellos; con funciones diversas los utilizo como mi refugio para estos días de lluvias lúgubres y desgastantes; donde tu sonrisa como calma actúa aún así sea solo tu existir en mis ilusiones.

Recuerdo el temblor que se producía en todo mi sistema nervioso al simple rose de tus manos: andar de tu mano, un sentimiento cercano a lo Perfecto; y solo era el miedo de no volverla a sostener que me estremecía y de ello ahora es tan real; solo se siente debilidad.

Recuerdo esos días memorables que rememoro ansiosa cada noche para apagar la ausencia, sostener tu sonrisa y reproducirla, sentir tus brazos efímeros rodearme aunque no estés aquí, como aquel primer día del inicio de un año; porque ningún comienzo fue tan especial como ese momento en donde ni el amanecer podría compararse a tal acto de encuentro en el que todas mis piezas encajaban unidas para sentirse en armonía; le llame felicidad.

Se me hace imposible dejar de repetir mis sueños con su persona como canción contagiosa de verano, una y otra vez te canto en mi mente, maravillosa melodía, sonrisa de sinfonía meliflua, que no mengua, que no cesa, ni por el desespero de esta srta. Que le grita a su confusión que se aclare, pero esta no colabora.

Recuerdos de un despertar en el que la primera sonrisa te pertenecía.

No dejo de recitar como se sentían tus manos que de la mía anduvieron mientras cruzábamos palabras; poéticamente tu mirada me acariciaba como plumas de un colibrí aleteando sobre mis mejillas tibias, son en este preciso instante el ligero y melancólico furor con la pequeña sonrisa que emanan de mi para mantenerme lúcida.

Recuerdo; navegando por los pasillos de mis escritos favoritos en esa pequeña aplicación que para muchos puede ser insignificante pero para mi fue o es mi mayor conexión contigo, tanto cuando estabas cerca al igual que ahora estás lejos, los miro y mi sonrisa se hace tenue, la siento pero diferente, es tanta la aflicción que se produce que es inevitable no sentir que he perdido algo importante, que temo jamás regrese.

Tú existir ligado a mi existencia es un recuerdo vivo de que se puede ser feliz aunque la angustia persista; lo llame valentía.

¿Como se le hace para pausar?
¿Para que al final del recital, la música y las reproducciones no duelan? ¿Como se hace para que no sea solo un sueño? ¿Una ilusión? ¿Como se le hace para que el recuerdo no finalice... y continué?

Mas es la imposibilidad que se presagia, porque solo conservo de recuerdo una gota de tu existencia que iba deslizándose hasta mi fuente y al ligarse con mis gotas más cristalinas fueron mis aguas, ¿que hago ahora si se derrama?

Vivo de las sondas de luz en fotógramas que me enviaste sonriendo un día que no querías solo escribir, conservo cada uno de ellos como tesoros escondidos en un conjunto de circuitos e interfases, haciendo copia de ellos para poder soñarlo.

Uso tus notas como lista de reproducción, música favorita, y escucharte perdida mirando las paredes marrones de mis encierros tristes de días completos, me pierdo en la distracción del trabajo y tus fotos una que otra vez, porque aunque  melancólica es la sinfonía aún no es empañado el recuerdo.

Disculpe usted, molestarla con tales palabras cargadas de cursilerías y detalles sin solicitar, le recordaré en cada misiva mi respeto a la palabra de escribirle con regularidad... o al menos escribirle.

He caído sobre lo más infame al escribir esta madrugada, a juego con mi soledad, para expresar sobre lo notable de su ausencia en mi insípida e inagotable crisis de existencia que se repite sin variables en un círculo vicioso de agobio y perpetuo dejé de sincronía.

Más del recuerdo vivo y viviré, porque nada es más hermoso que recordarte, recordar esa parte pequeña de magia que se encuentra en lo que aún conozco como corazón, o al menos en la parte de mi cerebro que se asocia al...

De la mitad de este corazón;

Una tal Hermione..."

Cartas a OnaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora