Quince.

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Louis llegó muy alterado a su granja, su alfa interno vibraba furioso en su pecho, reclamado fervientemente al omega ojiverde.

El ojiazul entró el interior de su casa, la cual había comprado después de aburrirse de su vacía vida en Los Ángeles hacía ya tres años y tras vivir un tiempo en otros lugares antes de darse cuenta, que Inglaterra era a donde pertenecía.

El alfa se había visto harto de tantos fracasos amorosos, de ver que los que creía sus amigos descendían al mismo ritmo que lo hacía su fortuna,  entonces finalmente decidió cambiar de vida.

Pero sin duda el detonante y lo que de verdad le había hecho reaccionar, había sido el saber que Freddy no era hijo suyo y que todo era un engaño, para que otra vampiresa se aprovecharse nuevamente de él.

Ese había sido el más duro de los golpes pues a pesar de su carácter desenfadado y sin ansias de compromiso, él estaba muy ilusionado y le apasionaba la idea de ser padre, se hubiese enorgullecido ver crecer a un hijo suyo y que este se convirtiese en un adulto mucho mejor que él.

Así que finalmente había vendido su empresa y cogido el resto de la fortuna que le quedaba, después de deshacerse de sus codiciosas esposas y luego viajó a Francia, donde éste había vivido un tiempo en su infancia con sus padres, antes de irse definitivamente a los Ángeles.

En ese país había pasado seis meses pues no encontró el sosiego que buscaba, ni la paz que necesitaba pero además también se topó con omegas parisinos, igual de interesados que los de los Ángeles pues estaban ansiosos por cazar un alfa con dinero y arruinarle la vida.

Luego de ahí, Louis se fue a Italia, otro país que le había gustado mucho cuando viajó con sus padres de pequeño pero tampoco allí encontró lo que buscaba y tan solo permaneció tres meses.

El recuerdo del omega rizado, siempre estuvo presente en él, poco a poco se había ido dando cuenta que aún en la máxima pobreza, en una total y confusa vorágine de sentimientos y a pesar de tratarlo mal con su mal humor, Harry había sido el único omega que lo había querido de verdad, por como era y no por lo que tenía.

Así que finalmente terminó en Inglaterra, donde a pesar de las circunstancias en las que había llegado en la primera ocasión que pisó ese país, ya que había sido forzosa y desagradable, no guardaba mal recuerdo de ella.

Al contrario, ya que en ese país había sentido algo próximo a la felicidad y aunque no lo supo apreciar en aquel entonces, en esa segunda ocasión, tuvo de nuevo la oportunidad de remediarlo.

En un primer momento, se instaló en la otra punta de la cuidad, en un barrio de clase media pues no quería más omegas interesados y buscones olfateando su dinero y dándole un amor falso.

Además tampoco quería toparse con Harry pues aunque ansiaba verlo y estar con él, sabía que el omega tenía otro alfa e incluso un hijo o quizás más pues lo había visto muy feliz con sus propios ojos, aquel día, años atrás antes de llegar allí.

Louis por fin encontró gente amable y no buitres pululando a su alrededor, unos de esos fueron los Jackson, Samuel y su omega Sara y a sus preciosos hijos, todos eran encantadores y hablaban maravillas de su país.

Unos meses después, un mal día su vecino el alfa Jackson, se quedó sin trabajo y pasaron verdaderos apuros, cuando Louis se enteró los quiso ayudar pero este tenía mucho orgullo y no lo aceptó.

En su lugar, Samuel le habló de su propiedad en las afueras, una granja que era de sus padres y que tras su muerte quería venderla pero no a cualquiera, entonces pensó en Louis pues le agradaba.

El ojiazul estaba feliz en su apartamento pero por ayudarlo quiso ver la propiedad, así que una tarde habían puesto camino allá y enseguida Louis reconoció el lugar.

De repente se encontró pasando por delante de la casita de Harry.

...-Es una pena verdad, está muy descuidada—Dijo el alfa—Yo no quiero que a la de mis padres le pase lo mismo. La verdad es que el pobre Harry lo pasó muy mal al morir su madre y se fue a la cuidad a estudiar. Creo que ahora está casado y con hijos pero al parecer no ha vuelto desde entonces.

Louis iba a su lado bastante entristecido pues él sabía de todo eso también, aunque no dijo nada y siguió mirando por la ventanilla del coche.

Llegaron por fin a la granja y el ojiazul se quedó prendado de aquel lugar, era mucho más grande que la de Harry y estaba en mejores condiciones, tenía una huerta y establos para los animales también, además lo rodeaban otros campos llenos de flores y numerosos árboles.

Samuel y Louis llegaron a un buen acuerdo, así que finalmente el ojiazul se la compró y desde entonces había permanecido allí, sólo, tranquilo y esperando la llegada, quizás algún día, de un buen omega con quien compartir su vida.

Jamás nunca había imaginado que el destino pondría a Harry de nuevo en su camino, contra todo pronóstico y al parecer, la vida le estaba regalando una nueva oportunidad para hacer las cosas bien.

Jamás nunca había imaginado que el destino pondría a Harry de nuevo en su camino, contra todo pronóstico y al parecer, la vida le estaba regalando una nueva oportunidad para hacer las cosas bien

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53. Esperando a mi omega-Segunda Parte -L.S.-Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora