Dieciocho

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El ojiverde estaba muy incómodo por la penetrante mirada del alfa ojiazul, así que cogió a su hija de la mano y echó a andar.

...— ¡Para papi!....¡para!... ¡para!—gritó Darcy—... ¡no le dijimos nada a Louis de tu regalo!.

Este entonces se detuvo y se giró bastante molesto para mirar a su hija.

—¿De qué regalo hablas?.

—De la cena... tú dijiste que lo invitarías.

Este negó y comenzó a caminar de nuevo con su hija de la mano pero ésta de repente consiguió soltarse.

—Louis es bueno, papi y yo no quiero irme aún...Me gusta su casa y sus animales—dijo la pequeña echando a correr de nuevo hacia la casa del alfa.

—¡Darcy!...¡vuelve!...¡Darcy obedeceme o te castigaré!—le gritó su padre retrocediendo en su busca.

—¡Te odio!, ¡ojalá volviese papá, tú no me dejas hacer nada que me guste!—gritó la niña con lágrimas en los ojos.

Harry se paró en medio del camino al escuchar las palabras tan duras que habían salido de la boca de su hija y se echó a llorar también.

—¡Louis!.... ¡Louis!, ¿puedo quedarme contigo?—preguntó la niña tan pronto localizó al alfa que había salido al camino al escuchar los gritos.

—¿Qué pasa pequeña?, ¿Por qué gritas así?—Preguntó el alfa, oliendo su angustia y la de Harry.

—No qui-quiero irme con pa-papi, aún es te-temprano y a-además no quiere de-decirte su re-regalo.—Lloriqueó la pequeña frotando sus ojos, mientras el omega se acercaba a buscarla.

—Pequeña, tienes que irte con padre a casa... Mañana puedes regresar, los animales y yo no nos iremos a ningún lado— le dijo el alfa cariñosamente mientras acariciaba su pelirroja cabecita.

Harry los alcanzó y miró la escena, estaba muy molesto pero no podía negar que le enternecía, ya que sabía que Darcy echaba mucho de menos a Ed y esa figura de un alfa al parecer que por caprichos de la vida, la estaba hallando en Louis.

—Vamos cielo, regresemos a casa—dijo entonces ya más calmado.

La niña miró a su padre y luego miró al alfa ojiazul.

—Dile su regalo papi, él nos ayudó, ¿ya lo olvidaste?—insistió esta.

—Tranquilo Harry, no necesito nada—dijo Louis—... fue un placer ayudarte, además te lo debía por el pasado.

Harry asintió conforme pero entonces miró a su hija que aún no se soltaba de este.

—Emm...yo te... emm...Lou-Louis...¿que-querrías cenar con nosotros?.—dijo finalmente el omega.

—Di que sí Louis...di que sí—rogó la niña.

—Bue-Bueno no sé, ¿Tú quieres?— le preguntó al omega.

Harry asintió no muy convencido.

—Está bien, entonces iré.

Entonces la niña empezó a dar botes aplaudiendo feliz.

—¡Bien!.. ¡bien!.

—¿Podremos irnos ahora?—preguntó el omega a su hija.

Darcy miró al ojiazul y se despidió con la mano.

—Adiós Louis, hasta la cena.

—Hasta la cena pequeña—se despidió el alfa sonriendo, aunque notó que el omega no estaba tan feliz como Darcy y él.

Por el camino de regreso, Harry decidió no volver a decir nada, por si su hija echaba a correr de nuevo hacia la casa de Louis, además no quería volver a discutir.

Darcy correteaba feliz cogiendo flores de un lado a otro como si nada hubiese ocurrido, ya que había conseguido salirse con la suya.

Al llegar a la casita, el omega y el capataz ultimaron unas cosas de la obra y luego entró en el interior.

...—Debemos ir al pueblo hija. Tendremos que ir a comprar algunas cosas para la cena pero ahora haré la comida.

—Si papi, yo te ayudo—dijo la niña muy servicial.

El omega miró a su hija confuso, ésta parecía ya no recordar el berrinche, ni las duras palabras que le había dicho pues estaba tan dulce como siempre y entonces Harry cayó en la cuenta, de que quizás la presencia del alfa ojiazul la perturbaba tanto como a él.

Mientras Louis siguió con sus tareas durante el resto del día, debía dejar bien atendidos sus animales pues tenía el compromiso con el omega y con su preciosa hija para cenar esa noche.

El ojiazul empezó a pensar que Harry parecía haber estado muy unido al alfa pelirrojo y la marca de su cuello aún lo dominaba pero solo era cuestión de tiempo que esta desapareciese y que el omega volviese a abrir su corazón a otro alfa.

Jamás pensó poder volver a tener otra oportunidad con él pero si ésta se presentaba, no iba a desaprovecharla y esperaría lo que hiciese falta para volver a conseguir que lo amase como una vez lo hizo.

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53. Esperando a mi omega-Segunda Parte -L.S.-Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora