Dieciséis

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La pequeña Darcy había hecho lo que Louis le había indicado; cerró bien con llave las dos puertas y aseguró las ventanas con el pestillo, como había visto hacer a los trabajadores anteriormente.

Toda la noche estuvo escuchando a su padre llorar y quejarse llamando a su alfa, estaba asustada pues nunca lo había visto así pero esperaba que este amaneciese mejor.

Finalmente ya en la mañana, la pequeña se había quedado dormida en el nuevo sofá de la sala, ni siquiera se había ido a estrenar su nueva camita y cuando por fin Harry salió de su habitación, aún un poco aturdido por el celo se la encontró allí.

—Cielo...Darcy, cariño...despierta— le susurró éste tocándole la mejilla suavemente.

La niña abrió los ojos y lo miró con gran alegría.

—¡Papi!... ¡papi, ya estás bien!, ¡no te fuistes con papá y con la abuelita!.—gritó lanzándose a su cuello para abrazarlo.

—No mi amor, claro que no.... Es solo que tu estúpido papi dejó de tomar los supresores y por eso ha vuelto el celo.

—¿Qué es celo papi?, ¿El médico que te vio también dijo que tenías eso?, ¿Yo también lo tendré?—preguntó confusa.

—¿Médico?, ¿cuándo vino el médico?—El omega también estaba confundido—... y-y ahora que lo pienso, ¿cómo es que llegué aquí?.... Lo último que recuerdo, es que paseabamos por el campo.... Ah ya sé… avisaste tú a los trabajadores y fueron ellos los que me trajeron ¿verdad cariño?.

La pequeña Darcy negó con la cabeza y luego sonrío.

— No papi. Fue nuestro vecino, el señor Louis... Él fue quién llamó al médico y dijo que tenías el celo. Entonces nos trajo en su coche y me dijo que cerrase todo bien, para que no nos pasase nada malo.

—¿Louis?, que yo recuerde, el hijo de los Jackson se llamaba Samuel—habló confuso de nuevo el omega.

—¿Louis?, que yo recuerde, el hijo de los Jackson se llamaba Samuel—habló confuso de nuevo el omega

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—No papi, el dijo que se llamaba Louis To...To... no me acuerdo ahora, pero era muy guapo, casi tanto como papá—dijo la niña levantándose del sofá.

Harry ni siquiera pensó por un segundo en la posibilidad de que podía ser Louis Tomlinson, el alfa ojiazul pues lo hacía viviendo la gran vida en los Ángeles, rodeado de hermosas omegas y gastando sin control su fortuna en banalidades.

—Bueno da igual mi amor. Ahora desayunaremos algo y después iremos a darle las gracias.—dijo el ojiverde yendo hasta la cocina y tomándose un supresor con un vaso de agua.

Tras tomarse la leche con cacao y las tostadas que su papi le había preparado, Darcy fue a su habitación y se puso otro vestido, se lavó la cara y luego fue corriendo a su padre para que la peinase y le pusiese un lazo.

De repente tocaron a la puerta y el omega se sobresaltó.

—¡Papi!...¡papi!, a lo mejor es Louis—corrió entusiasmada la pequeña hacia la puerta—él me dijo que vendría a vernos en la mañana.

Harry entonces miró por la ventana y vio que era el capataz de los betas que había contratado y  luego le abrió la puerta.

—Bu-Buenos días señor Styles... Veo que ya está usted mejor, me alegro pe-pero ¿podremos continuar hoy con el trabajo? o vendrá de nuevo ese alfa a gruñirnos.

—¿Quién les gruñó?, ¿qué alfa?—preguntó confuso el omega, odiaba esa parte del celo donde le era imposible recordar lo sucedido.

—El alfa que lo trajo ayer señor. Parecía estar en celo también, de hecho yo pensé que estaría aquí con usted y que....bueno usted ya me entiende—dijo mirando a la niña.

—¡Louis!... papi te lo dije, ese era Louis pero solo les gruñó porque tenía miedo—habló la niña desde su inocencia, mirando a su padre — pero yo le dije que no les temiera, que solo eran trabajadores y que no nos harían nada.

Harry sonrió.

—Mi niña valiente—dijo acariciándole la cabecita.—Anda cariño, vete a coger una chaqueta que fuera refresca—volvió a decirle.

Tras irse la pequeña el rizado miró al beta.

—¿Dijo que ese tal Louis era un alfa y que estaba en celo también?.

—Si claro, apestaba a alfa. Además tenía los ojos oscurecidos y gruñía molesto, mientras lo sujetaba a usted en brazos. Si no supiese que es viudo, creería que ese tipo era su alfa actuando como tal. Me extrañó mucho que se controlase —habló el beta.

Harry se quedó pensativo, la verdad si que era extraño que un alfa desconocido rechazara follarse a un omega en celo pero de repente fue consciente del peligro que había corrido su hija y él mismo por la simple estupidez de dejar de tomarse los supresores tan pronto.

Ahora más que nunca tenía curiosidad por conocer a ese tipo y agradecerle todo lo que había hecho, ese autocontrol no era habitual en los alfas, de hecho solo había conocido uno que lo tenía y ese era Ed.

El pelirrojo alfa ya lo amaba cuando eran amigos y por eso había podido controlarse y no lo había tomado a la fuerza.

—Papi, ya estoy lista. Mira voy a regalarle esto a Louis por ayudarte y traernos, ¿Le gustará verdad?.—dijo la niña enseñándole un dibujo de un caballo, que había hecho días antes y en el que acababa de escribir el nombre el alfa junto a un corazón rosa.

—Seguro que le encanta mi amor.—dijo Harry sonriendo.

—Papi, ¿y tú qué le regalarás por ayudarte?—preguntó curiosa.

—¡Oh pues yo....emm, no sé....emm quizás.. a ya sé....¿qué tal si lo invitamos a cenar una noche de éstas?, ¿qué te parece?.

—¡Siii... papi siii...! Y le hacemos el pastel de manzana, ese que le gustaba tanto a papá—dijo entusiasmada Darcy.

—Claro cariño, es una buena idea. Haremos el pastel de papá si quieres—dijo en un suspiro entristecido el rizado.

Finalmente el omega cogió su chaqueta y salieron de la casa, camino hacia la granja del misterioso alfa que lo había ayudado.

......

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53. Esperando a mi omega-Segunda Parte -L.S.-Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora