Veinte (Fin de la segunda parte)

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La cena en casa de Harry había sido muy agradable y los había acercado un paso más, el alfa le había contado toda su historia dejando al omega bastante alucinado pues jamás pensó que Louis hubiese pasado por todo aquello.

El ojiverde también decidió contarle la suya, en la siguiente comida que compartieron días después y en la que el alfa entonces comprendió lo estúpido que había sido dejándolo escapar y anteponiendo su vacía vida en los Ángeles a su amor.

Harry había sufrido mucho por él y también entendió mucho mejor el porqué Ed había sido y seguía siendo tan importante para el omega pues el pelirrojo había sido una tabla de salvación, un refugio para el rizado y que poco a poco se había ido convirtiendo en amor, resultando ser un lazo fuerte y profundo.

Los días pasaron rápidamente y llegó el día en que la pequeña Darcy empezó en la escuela del pueblo, justamente en la misma que el ojiverde había estudiado años atrás y la que había dejado finalmente, cuando su padre los había abandonado y tuvo que trabajar para ayudar a su madre con todos los gastos.

Muchas más tardes, tras las clases Harry y Darcy pasearon cogiendo flores por el camino y los prados hasta llegar a la granja de Louis, donde la pequeña visitaba muy contenta a «Rayo», como había decidido bautizar al potro del alfa y también al resto de los animales.

El rizado también tenía pensado comprar algunos para su modesta granja pero prefería que los obreros terminasen antes las obras de reconstrucción de la casa y los establos así como el huerto, donde deseaba empezar con la siembra.

Los tres cada vez estuvieron más unidos, por lo que la niña le cogió mucho cariño al alfa y él a ella y  aunque se acordaba de su padre Ed, Darcy veía en Louis una especie de papá suplente.

Por su parte Harry, bajó un poco el escudo protector permitiéndose disfrutar de su nueva situación, mientras que al alfa cada vez se le hacía más difícil volver a su solitaria granja pues los echaba mucho de menos y cada vez estaba más profunda e irremediablemente enamorado del omega.

Sus celos volvieron y aunque los pilló a cada en sus repectivas casas, Louis no podían evitar morirse de ganas por correr al lado del rizado y poseerlo.

El omega por su contra se resistía a confiar de nuevo en el amor, la experiencia vivida con el alfa ojiazul y la vivida con el alfa pelirrojo, aunque distintas habían sido muy intensas y dramáticas.

Un mes después.

Louis llevaba dos días tan absorto con el intenso trabajo en la granja que no había visto ni sabía nada del omega y la pequeña, entonces decidió ir a visitarles y ver si necesitaban alguna cosa.

Al llegar vio que no había rastro alguno de los obreros en la casa ni en los alrededores, al parecer ya habían terminado las obras, tampoco estaba el coche de Harry, así que bajó de la camioneta y tocó a la puerta pero tras esperar un rato largo allí parado, nadie le abrió.

Entonces dio una vuelta por el establo y por la huerta pero tampoco vio a nadie, al parecer no estaban en casa, pero de repente el alfa sintió que la angustia lo invadía y pensó que quizás Harry se había arrepentido y que ya no volvería más.

Rápidamente subió a su camioneta y volvió a su granja, estaba triste, molesto, sólo, su alfa interior agonizaba creyéndose abandonado por el único omega que lo había hecho feliz.

Al llegar, Louis vio al cartero que acababa de dejar la correspondencia del día en el buzón, sin ganas fue a recogerla, revisó las cartas pasándolas rápidamente y ojeándolas con molestia, no entendía porqué el omega había decidido dejar el lugar sin decirle nada, no sabía si volvería y estaba muy preocupado.

Finalmente vio que la mayoría eran del banco y otras eran de publicidad, solamente había una que no era ninguna de esas dos cosas y entonces la abrió.

El alfa respiró aliviado, Harry tenía pensado regresar aunque al parecer, le tocaría tener mucha paciencia y seguir esperando un poco más por su deseado omega

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El alfa respiró aliviado, Harry tenía pensado regresar aunque al parecer, le tocaría tener mucha paciencia y seguir esperando un poco más por su deseado omega.

El alfa respiró aliviado, Harry tenía pensado regresar aunque al parecer, le tocaría tener mucha paciencia y seguir esperando un poco más por su deseado omega

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Continuará...

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Hasta aquí esta segunda parte, espero que os haya gustado.

Como siempre, miles de gracias por vuestro tiempo, vuestros votos y vuestros comentarios.

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53. Esperando a mi omega-Segunda Parte -L.S.-Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora