Motivos

88 8 12
                                    


─Vaya que son incompetentes los tapatíos─ Dijo la figura que estaba escondida en las sombras al interior de un auto, tras una máscara de cráneo color jade y adornos dorados, tenía una coronilla de plumas cafés y blancas, Estaba estacionado junto a una concesionaria de autos seminuevos.

Había seguido a la chica desde hace más de 7mil kilómetros, en la capital del país. Ella le había robado algo muy valioso al jefe y si no lo entregaba a tiempo de seguro el jefe se lo comería a él. Regresar a tiempo con esa chica, viva o muerta es lo único que se interpone entre ser subordinado del jefe, o ser su cena. Al menos sabía que le quedaba el resto de la semana para encontrarla y obligarla a decirle en donde había dejado el collar. Sin más prisa encendió el auto y se fue de ahí antes de que llegaran las ambulancias y patrullas.

Cuando íbamos a mitad del parque, justo frente al orquideario del agua azul, una estructura con forma de pirámide., me sentí sin aliento y tuve que descansar.

─no te detengas ahora, ¡necesitamos irnos ya! ─ Me dijo Brenda, jalándome del brazo.

La tomé de los hombros y la puse contra la pared para inmovilizarla, era hora de que me explicara varias cosas.

─ ¿Por qué no me dijiste desde un principio que te estaban siguiendo? ─ le dije entre dientes por el enojo y el cansancio.

─No eran ellos los que me seguían. ─respondió de nuevo tan altanera como al principio.

La miré a los ojos esperando ver una reacción o una chispa de mentira, pero su mirada solo denotaba verdad. Aun molesto, la solté con brusquedad y me di la vuelta. Ella también comenzó a respirar más profundo para recuperarse del miedo.

─Por cómo te pusiste cuando nos dispararon creí que si eran ellos. ¿Que los bulldogs te asustan? ─ le pregunté de nuevo aun exaltado.

─ ¿Eso que te importa? ─respondió agresivamente.

Solo puse los ojos en blanco y suspiré vigorosamente para que notara mi molestia.

Debía analizar bien la situación en la que estábamos.

Estábamos heridos, aunque no de gravedad, así que eso era ganancia, para el amanecer ya habríamos sanado, no había encontrado nada para almacenar alimento, eso no le gustará a Gabriela. Ah sí... ¡habíamos matado a un investigador de clase especial! Eso sin contar el problema de persecución de Brenda en manos de sabe quien carajos.

─ ¿Quién te está buscando entonces?

Xibalba. Es una organización Ghoul de la Ciudad de México, controlan gran parte del mercado negro del país, inclusive puestos gubernamentales.

Traté de no darme una bofetada a mí mismo por ayudar a alguien antes de saber que mierda estaba pasando. Reprimí el enojo presionando con fuerza el puente de mi nariz, tratando de respirar y contando hasta diez, sintiendo como mi exhalación salía por los orificios de los ojos de mi máscara.

─ ¿Porque? ─le pregunté sin siquiera abrir los ojos.

Brenda se ruborizó un poco y también evitando mirarme de frente me respondió.

─Tenían algo que me pertenecía, solo lo tomé de vuelta, al parecer no les gustó─ dijo tratando de sonar despreocupada, pero pude ver como en ese momento ella misma supo que no sonaba bien lo que decía.

─Creo que, por si no te quedó claro hace un rato estando allá arriba... ¡a nadie le gusta que le roben! ─le respondí sarcásticamente.

─ ¡No robé nada! ¡Lo recuperé! ¡Ellos se lo robaron a mi hermano! Era lo único que podría tener de él para recordarlo...— dijo apagándosele la voz poco a poco, parecía a punto de romper a llorar.

GDL GhoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora