Casa

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La camioneta que se supone usaría cuando transportaba la comida, se encontraba en la entrada lateral del parque. Era una Nissan con caja refrigerante, no sé qué modelo era. La abordamos rápidamente, y encendí el motor.

─ ¿Llegaste aquí en auto? ─Quiso saber Brenda.

─No, llegué a pie y un amigo mío me la vino a dejar.

─no había necesidad de ser sarcástico. ─ dijo con un tono de molestia.

─No lo fui...

─ ¿Bromeas verdad?

─No, es en serio, así lo hacemos, sirve para que sea más difícil seguirnos el rastro.

─Oh...

─Ha funcionado hasta ahora ─ dije sonriente.

Me encaminé hacia la avenida Dr. R. Michelle, y seguí alejándome lo más que pude del parque.

La ciudad se encontraba muy tranquila, no había muchos autos que digamos así que íbamos bien, algo callados pero, supongo que no habría mucho de qué hablar en el camino, al menos de mi parte.

─ ¿Entonces, vamos a tu casa? ─ preguntó curiosamente Brenda.

Al parecer los viajes silenciosos no eran lo suyo.

─si. ─respondí simplemente.

Ella solo asintió con la cabeza y volvió a mirar por la ventana, distrayéndose un poco con las farolas que pasaban y pasaban a nuestro lado.

Yo seguía pensando en que rayos es lo que haríamos ahora... en primera iba con las manos vacías, tendría que ir a cazar la próxima noche, y a otro lado porque aquí ya estaría muy vigilado, no sabía que mas hacer con los perseguidores de Brenda ni mucho menos con la horda de investigadores que iban a estar tras de ellos. Eso no le iba a gustar para nada a mi jefa.

Suspiré pesadamente, pensando en que necesitaba una buena siesta. Acompañando a mis pensamientos se hizo presente un fuerte gruñido de mi estomago.

─en serio lamento haberte arruinado la cacería ─dijo Brenda algo preocupada.

─descuida, no es algo tan grave, mi estomago no está bien.

─ ¿Qué, nunca se llena?

─algo parecido─ le respondí tratando de dar muerte a la conversación.

No quería recordar mi pequeño incidente de hace un año, el cual me causó esta condición estomacal. Creo que captó por fin el mensaje por que de nuevo miraba por la ventana absorta en sus propios pensamientos.

De vez en cuando volteaba a mirarla, ella solo veía por la ventana, mirando las calles y las casas que ya se encontraban con las luces apagadas. Todas las familias dentro durmiendo. Quizá en eso iba pensando. No sé si debía hablarle yo... no se me da muy bien el socializar, pero supongo que si vamos a estar juntos ocultos en casa, deberé abrirme un poco más.

─Espero que estés cómoda, en cuanto lleguemos puedes cenar y descansar. ─ le dije tratando de sonar amable.

─ ¿Me tocará el sofá? ─Preguntó arqueando una de sus cejas, mirándome por fin a los ojos, eso me puso algo nervioso.

─ ¡Claro que no! puedes quedarte en la cama el tiempo que quieras─ Balbuce

─ ¿Solo tienes una? No me obligaras a dormir contigo ¿verdad? El hecho de que me salves no significa que por eso te lo agradeceré de una manera "especial" ─dijo cruzándose de brazos.

─... yo jamás pensé en algo como eso. ─ dije sonrojándome, miré hacia la ventana un poco para que ella no lo viera.

Ella solo rió un poco al ver lo serio que me había puesto.

GDL GhoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora