Preparativos

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Antes de llegar a la oficina, tomé un desvío a la casa de Gabriela, rápidamente me bajé y saqué la caja de plástico color azul que era la correspondiente a ella, donde cargaba su porción de carne y órganos varios. Cuando ella salió de casa, no pudo evitar soltar un grito al ver la camioneta.

─ ¿Que chingados pasó con la camioneta? ─ gritó muy molesta, llevándose ambas manos a la cabeza.

─Xibalba fue lo que pasó─ le respondí dejando la caja en el suelo junto a ella. Que seguía viendo los destrozos. ─ Creí que tardarían más en encontrarnos como tú nos dijiste.

─ ¿Xibalba? ─Preguntó por fin mirándome a mí.

─Si, al parecer, ellos ya están aquí en Guadalajara ¿y qué crees? No actúan solos, uno de ellos traía un uniforme de la policía de la ciudad.

─Puta madre...─ dijo Gaby mirando al cielo.

─Pero, la buena noticia es que la cacería de ayer fue muy buena, tenemos a dos y el otro lo estoy desintoxicando, era drogadicto. ─mencioné con ligereza

─ ¿Que vamos a hacer con esa chica?

─ ¿Como que qué? Cuidarla ¿qué más? ─ Le respondí algo molesto.

─ Está amenazando mucho el estilo de vida de todos en la ciudad Omar─ advirtió de manera tranquila.

─Pues que vengan si se atreven, ayer vencí a varios de ellos y sin ayuda─ le dije regresando de nuevo a la camioneta─ me voy a la oficina, no iras hoy ¿verdad?

─ Espera... o mierda, ya sé que pasa. ─ dijo quedándose junto a la ventana─ ¿te gusta ella?

─ ¿Como que ella me gusta? por dios, ya estás diciendo tonterías.─ le dije mirando hacia otro lado, sentía como me estaba ruborizando.

─Ay cabrón, ¡si te gusta! ─ lo dijo pero, no lo dijo molesta, Gabriela estaba sonriendo, mirándome muy detenidamente.

─ ¿Qué? ─le dije al no soportar más su mirada.

─Nada, es que en los 2 años que te conozco nunca había visto siquiera que una mujer te llamara la atención. ─ dijo ampliando más su sonrisa.

─Déjame en paz. ─ le dije por fin.

Encendí la camioneta y me marche hacia la oficina por fin para dejar pasar el día.

Estuve pensando en lo que dijo Gabriela. Se lo que pasó anoche y sinceramente, me encantó. Pero solo fue en agradecimiento ¿no?

No. Yo sabía que no.

Aunque lo negara, sentía cariño por ella y no podía explicar cómo, pero sabía que ella también lo sentía por mí. Era algo que me hacía sentir bastante bien, en mucho tiempo no me había sentido así. Hace 2 años de hecho, al menos sabía que ella no trataría de comerme. No de la manera que temía.

Cuando menos me di cuenta, iba manejando con una enorme sonrisa en mi rostro.





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Abril y Brenda llegaron directamente a Plaza Arboledas, un pequeño centro comercial que tenía varias tiendas y demás locales comerciales. Duraron un rato paseando por la plaza buscando un buen conjunto de ropa para Brenda, quien eligió solo unos pocos y modestos cambios a juego, además de otras cosas que sabía hacían falta en casa. Después de varias horas comprando, por fin llegaron al área de comida, estaba en la planta subterránea frente al cine, a la altura del estacionamiento. Era una zona muy agradable. Ambas pidieron un par de cafés americanos y se sentaron a seguir dialogando. Brenda le había contado todo lo que había pasado en estos días que había estado conviviendo conmigo, tratando de evitarse varios comentarios, obviamente.

GDL GhoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora