-o-
Todos los personajes pertenecen a J.K Rowling
-o-
Creo que, en ocasiones, las personas damos malos pasos, y éstos nos alejan del camino...
Y pienso, que todos deberíamos tener la oportunidad, de poder regresar a nuestro camino...
-o-
Mientras todos reían, Crouch, los observaba a pocos pasos, quería acercarse a Harry, pero dudaba de la reacción del niño.
Finalmente, buscó sus agallas, y cuando pudo encontrarlas, se acercó al ojiverde, que en ese momento, reía por las cosquillas que le estaban provocando su padrino.
- ¿Puedo hablar con Harry? — solicitó, mirando a Sirius, que borró rápidamente su sonrisa al verlo.
- ¿Para qué? — preguntó, el animago, mirándolo con desconfianza.
- Será solo un minuto... — respondió el cabizbajo hombre, con un tono de súplica, muy poco característica en él — No diré nada que lo lastime...
- No creo que sea posible... — negó el ex prisionero de Azkaban, buscando una disculpa — Tenemos que irnos ya...
- Quizás deberías preguntarle antes al máximo interesado... — sugirió Remus, al ojigris, mientras le señalaba al menor, que en ese momento, le clavaba sus esmeraldas.
- Yo quiero hablar con él, padrino... — intervino, con timidez, Harry.
- ¿Estás seguro? — dudó Sirius, mirándolo con los ojos entrecerrados.
- Lo estoy... — asintió, con valentía, el pequeño león.
- Entonces, está bien... — aceptó, con poco entusiasmo, el animago.
El encargado del Departamento de Cooperación Mágica, pasó un brazo por los hombros del buscador de Gryffindor, y se lo llevó aparte para poder hablar a solas.
- ¿De qué quería hablar señor Crouch? — preguntó el ojiverde, muerto de la curiosidad, en cuanto se alejaron lo suficiente.
- Necesito pedirte algo, pequeño... — le susurró, a media voz, el mago.
- ¿A mi? — se extrañó, el ojiverde, que no imaginaba en que podría serle útil al adulto.
- Sí, sé que puede ser complicado de entender... — asintió Barty, haciendo un esfuerzo por suavizar su voz — Pero necesito tu ayuda...
- Lo ayudaré — se ofreció, el siempre generoso, azabache — ¿Qué necesita?
- Tus recuerdos en esa casa... — respondió, con voz temblorosa, Crouch.
- ¡Pero si son horribles! — exclamó, levantando un poco la voz, el ojiverde — ¿Cómo podrían serle útiles?
- Me serán muy útiles, créeme... — aseguró el mago adulto, intentando ignorar, los cientos de miradas sobre ellos.
- Lo ayudaré... — decidió Harry, sonriéndole con inocencia, y ganándose el dormido y duro corazón de Bartemius.
- Muchas gracias, pequeño... — agradeció Crouch, agachándose hasta estar a la altura del muchacho — Posees un gran corazón...
ESTÁS LEYENDO
UN REGALO PARA HARRY: Una nueva vida
Fiksi PenggemarSegunda parte de UN REGALO PARA HARRY: Leyendo la piedra filosofal. A Harry le espera una nueva vida fuera del castillo, una muy diferente a la que tenía antes con los Dursley... A sus tres tutores, también le esperan muchos cambios, todos tendrán q...