Vlll

127 10 0
                                    


Vlll

Alcé mi vista ignorando aquellos sentimientos que se estaban albergando de mi cuerpo.

—Sin dudas me conocías muy bien—vi como su rostro era adornado con una sonrisa y sus ojos se llenaban de nostalgia—. Bueno ahora si me voy—me reí nervioso mirando como mi compañero continuaba observando con una sonrisa, y esta, cambiaba paulatinamente cuando mi teléfono volvió a timbrar en silencio; pero llamando nuestra atención por el brillo destellante que la pantalla entregaba.

—Vete. Mañana terminas lo que falta—pronunció cortante girando su cuerpo en dirección hacia el corto corredor de la morada, que con anterioridad había recorrido. Bajé la vista suspirando mientras vislumbraba mi moderno celular; su pantalla se había ennegrecido. Me quedé estático observando la nada. Había quedado solitario cuando aquel cuerpo se perdió frente a mis orbes. Me preocupé más por el extraño cambio que Reita había tenido ante la insistencia de mi jefe, que el mismo importuno de Kai el cual había terminado por enfriar aquel escueto reencuentro.

Caminé por el pasillo cabizbajo pensando en lo que haría. Tenía la necesidad de hablar con Kai, pero a la vez me veía mí mismo tartamudeando sin llegar a nada. Sabía que yo sólo me había metido en algo que desde un principio dude de que fuera a resultar. Pero como nunca, me aventuré a "probar" y eso fue mi caso error; alimenté un sentimiento con besos fríos y sonrisas falsas.

Miré mi teléfono mientras caminaba hacia los elevadores viendo como este marcaba DIECISÉIS llamadas. Fruncí el ceño. Me molestaba tanto aquella sofocante insistencia que Kai tenía conmigo; era intolerable para cualquiera. Bufé molesto pulsando la pantalla para llamar a aquel hombre. Esperé en línea, pero esta vez nadie me atendió.

—Seguro se molestó—pensé viendo como las puertas plateadas se desplazaban a lo lejos. Me apresuré en correr hacia el elevador, el cual había extendido sus puertas en aquel piso. Llegué a este adentrándome con rapidez viendo que aquel cubículo era ocupado por alguien conocido. Abrí mis ojos enormemente sintiendo como era atrapado infraganti en algún delito mientras sentía la mirada extrañada y acusadora de Kai—. ¿Hola?—saludé sintiendo la necesidad de hablar con él y cortar de raíz aquello. Era cierto, no era feliz y tendría que encargarme de buscar aquel esquivo sentimiento de otra forma. Él no era la solución. Al parecer, estar en pareja, no era lo mío. Mi jefe y amigo permaneció en completo mutismo, no dijo nada hasta que el elevador comenzó a ascender.

—Quería cenar contigo. Cuando te fui a ver en tu puesto de trabajo, en la oficina, no estabas. Me extrañé. Si somos pareja deberías contarme qué harías algo y no dejarme con la incógnita latente. Por eso decidí llamarte para saber si no tenías planes para, ya sabes, salir o comer en casa; pero jamás me atendiste. Te vine a ver, pero no estabas... No sé porqué, pero sospecho que andas en algo con Suzuki—me miró de soslayo viendo como en mi piso las puertas se desplegaban.

—No te adelantes a los hechos—solté saliendo del cubículo siendo seguido por kai de cerca—. Sí, estaba con él. Arreglábamos unos asuntos del trabajo...Tenía algunas dudas y lo estaba ayudando—abrí la puerta de mi casa siendo sujetado fieramente por su diestra alrededor de mi muñeca mientras mi cuerpo era inmovilizado con brusquedad contra la puerta ya cerrada de mi departamento. Vi sus ojos arder de celo e impotencia. Esto no iba a resultar fácil. Mordí mi labio inferior.

—Cálmate—le dije soltándome del agarre de su derecha contra mí zurda. Permanecí en aquella posición mientras intentaba que mi cerebro formulara palabras menos dolorosas posibles. Se lo diría; ya no toleraba esto—. ¿Sabes? No pensé que sería tan difícil— dije mirándolo a los ojos.

Despertando el pasado [Reituki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora