CAPÍTULO II

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El estaba observándome iba a decir algo, pero detrás mío sentí la presencia de mi mejor amigo, el me cogió de la cintura y me hizo voltear hacia él apretándome contra él a lo cual sonreí, colocando mis manos en su pecho, lo había extrañado demasiado.

- Peng Peng tenéis menos modales que un búfalo. Le dijo Ma Yue Han acercándose a ambos. A lo levante mis brazos soltándome de su agarre para ir al encuentro de mi segundo maestro besándole en la mejilla.

- Yan Da gongzhu, respondió Ma Yue Han. - Esta tan radiante como una dalia en floración, felicidades por tu ascenso a tu etapa de madurez. Mirando socarronamente a Peng Peng dijo: ahora harías bien en alejarte de los rapaces como este niño.

- Acaso estáis celoso de mi, Oh gran general, le respondió Peng Peng.

Dirigiéndose a mi extendió la mano para acariciar mi rostro diciendo – Princesa mía, que hermosa estáis esta noche, ven conmigo a pasear, me dijo Peng Peng haciendo caso omiso de la reprimenda que quería decirle Yue Han, accedí con la cabeza, me disculpe de mi padre y de los demás nobles y me aleje con mi mejor amigo me moría por hablar con él.

Sin darnos cuenta que un par de ojos nos miraban con ira y rabia, abandonamos el salón.

Peng Peng era el capitán de la guardia real, me sentía mejor cuando era acompañada por él, más segura, tranquila.

Siempre había sido mi príncipe azul desde que tengo memoria, crecí con él, entrenamos juntos, me cuidaba y me acompañaba ya que mis hermanos siempre estaban entrenando y no tenían tiempo para mi, era quien había despertado en mi el sentimiento de sentir mi corazón bombeando con rapidez cada vez que lo veía  o de querer volverme más femenina para que el me mirara, era con quien algún día juro que me casaría.

Me llevo donde sus lugartenientes, mis compañeros de entrenamiento por muchos años.

De allí apareció mi shifu Die Ge, quien con un beso en la mejilla me saludo y me hizo dar una vuelta con la que el volante de mi vestido se me levanto, me hizo sonreír, siempre él lo hacía, era como si ambos fuéramos un par de niños.

-Princesa – dijo – ¿Le daría el gusto a este viejo cazador de almas negras de bailar con el? - sonrió con esa sonrisita que hasta ahora me convence.

- Claro que si – le respondí – y lo acompañe, mirando la aprobación de mi padre que aplaudía, mientras nosotros salíamos a bailar, como siempre me sentía como una niña en su compañía, todo era precioso se sentía como un sueño mi mayoría de edad me dije, por fin podría tener el derecho de elegir a quien desposar, estaba segura que Peng Peng estaría feliz de ser mi esposo, yo estaba segura que el también sentía algo por mi, estaba tan feliz.

Ambos bailamos con toda la elegancia y éramos lo que sobresalíamos de las demás parejas en la pista de baile, todos nos miraban, mi padre y mis hermanos con enormes sonrisas aprobaban nuestro baile.

Uno de los hombres de la Tribu de los Osos se acercó a mí para pedirme la siguiente pieza de baile era Hei Feng, un hombre muy grande y peludo, demasiado desagradable para mis ojos, la mirada que me estaba dando era demasiado lasciva, se le notaba en la lujuriosa sonrisa que nos dio, tiro de mi mano y me arrastro hacia él, a lo cual reaccione y me solté de un jalón brusco de su toque.

- Quien te crees para tomar mi mano sin mi permiso, le grite, haciendo aparecer mi látigo de fuego, dispuesta a atacar sintiendo la presencia de Peng Peng y de Die Ge a mi espalda.

- Princesa Yan Da, tranquila solo es una pieza de baile, no te molestaría brindármela, sonrió Hei Feng tratando de acercase de nuevo, a lo que una espada apareció delante de su pecho haciéndole retroceder.

ROSA DE FUEGO - ICE FANTASY (YANDA X SHI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora