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Cinco meses de embarazo.

- ¡Thomas Sangster, me estás poniendo nerviosa! ¡Cállate! – golpeé su brazo.

- ¡Deja de golpearme en el mismo lugar!

- ¡Deja de gritar porque los gemelos aún están dormidos!

- ¡Entonces deja de poner tu estómago sobre mi espalda porque siento golpes!

- ¡Es que me pongo nerviosa, además no conozco esta casa!

- Llevamos un mes viviendo aquí.

- ¡No por eso tengo que saber!

- ¡Shh! – entramo a nuestra habitación y allí estaban los gemelos durmiendo junto a Piggie.

- Bien, uno, dos y tres – susurró Thomas.

- FELIZ CUMPLEAÑOS ...

Comenzamos a cantar la canción y los gemelos se despertaron asustados, Piggie comenzó a ladrar y luego mis chicos de nueve años rieron.

- ¡Qué genial! – susurró Tyler al ver el pastel.

- ¡Es Batman! – chilló Connor que había desarrollado una inexplicable obsesión por ese hombre.

- ¡Hoy es su fiesta! ¿Están listo? – dije emocionada, sería la primera fiesta a lo grande que tendríamos en la nueva casa.

- ¿Ya están los juegos? – preguntó Connor.

- ¡Si! – afirmó Thomas.

- No puedo creer que tengan nueve años – me apoyé en el hombro de Thomas y mis ojos se humedecieron – están tan grandes – Thomas dejó el pastel en la pequeña mesa de noche, me abrazó y comencé a llorar.

- ¿Por qué lloras, mamá? – preguntó Tyler.

- Por nada, estoy tan contenta porque ustedes ya están muy grandes – limpié las lágrimas y los abracé a ambos.

- Tu estómago me incomoda – rió Connor.

- ¡Oye! – chillé - ¡El bebé se enojará con ustedes!

- Es muy mala – Tyler negó con la cabeza y rió.

- ¡No es mala! – exclamó Thomas tocando mi estómago.

- ¿Por qué no vamos a ver los juegos? – pregunté – eso será más entretenido.

- ¡Juegos de Batman! – gritaron los dos a la vez. Salieron corriendo con Piggie siguiéndolos.

- Están creciendo tan rápido – me senté en la cama y Thomas se sentó a lado mío. - ¿crees que sean felices?

- ¿Qué? ¿Por qué lo preguntas? – yo y mis momentos melancólicos de embarazada.

- Ya sabes... no quiero que no sean felices a pesar de todo esto – levanté mis manos señalando el lugar –... se sientan solos.

- No creo – Thomas puso la mano en mi estómago y suspiró. – está bien, amor. A los ocho o nueve tener juegos, comida y a tus padres es lo único que importa. Además está felices con la bebé – sonrió.

- ¿Nuestro bebé será feliz? - ¿Qué mierda me pasa hoy?

- Haremos todo lo posible para que lo sea.

- Tu madre habló ayer conmigo y les va a regalar unos mini autos – reí.

- ¿Vendrá Kelly? – preguntó.

- ¡Claro! Vendrá con Dylan y las gemelas. Sophie como novia oficial de Tyler tiene que estar aquí – reí al ver el rostro de Thomas.

- No me recuerdes eso, mala – besó mis labios y se paró emocionado. Se veía tan sexy con esos short de deporte.

Papá por accidente. (TBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora