Tanabata [Kiane] EDITANDO

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Dedicado a : QuimeyZelarayan

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Narrador Omnisciente.

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Los fuegos artificiales zurcaban el cielo nocturno, las parejas tomadas de la mano mirando aquel espectáculo y otros bien pidiendo deseos al entonar la canción tradicional del festival.

"Las hojas de bambú susurran,
meciéndose en el alero del tejado."

El muchacho de cabellera miel, miraba en todas direcciones tratando de divisar un pelo lacio castaño o bien unos ojos violeta hermosos.

Su corazón latía a mil por hora.

Estaba nerviosonado, demasiado.

¿Acaso esa palabra existía?, daba igual.

- ¡King! -susurro Meliodas divertido- pecho plano a la vista -rio entre dientes para recibir un golpe en su cabeza rubia por parte del albino.

- Más respeto capi -hablo en un gruñido mientras tomaba del brazo a Elaine, la cual se sonrojo por el acto de su pareja.

King, ajeno a la situación de que su hermana andaba de esa forma con Ban, sudaba un poco de los nervios.

¿Dónde estaba?

¿Acaso no quería verle la cara?

"Las estrellas brillan
en los granos de arena dorados y plateados."

Suspiro, tal vez no quería verle en verdad, después de todo, se lo merecía.

Había sido un cretino, no un caballero como tanto soñaba Diane.

¿Ella aún quería a un caballero...?

"La tiras de papel de cinco colores
ya las he escrito."

- ¡Hermano! -grito la rubia apuntando a la entrada- ¡Ahí viene! -

Y en efecto, todos miraron a la entrada, mirando a Escanor que traía de pareja a Merlin, y la muchacha que volvía loco al corazón de Harlequin, más hermosa y radiante que nunca.

Vestía un kimono rojo con flores naranjas que hacían resaltar sus labios pintados de un rojo aún más fuerte y su pelo sin amarrar con una flor morada al lado izquierdo.

Todos al ver cómo la otra sonreía al chico un poco incómoda, decidieron dejarlos solos.

En su mundo.

En su metro cuadrado que cada vez era más y más pequeño.

"Las estrellas brillan,
nos miran desde el cielo."

Ambos ojos brillaban al verse el uno con el otro.

Un momento mágico de esos que sólo se leen en los cuentos de hada.

- King -susurro la chica tan roja como un tomate.

- Diane -exclamo igual o más nervioso que ella- t-te vez hermosa... -

Un silencio de mayor magnitud reino.

- G-Gracias! -murmuro mirándolo al fin a los ojos- pero sabes que vine, vine a saber si tu... -

Trato de acercarse a ella, pero esta levanto la cabeza rápidamente y nego dolida.

- King, cumpliste tu promesa, estuviste conmigo después de tanto tiempo, se que te fuiste sin decir nada pero... -una lágrima recorrio su mejilla- pero volviste y siempre me demostraste tanto amor... Tanta dedicación y cariño pese a que yo no lo hacía de la misma manera... -

El pecho del chico se oprimia con cada palabra.

- Yo te amo King, -sonrio limpiando su rostro- ¿Tu aún me amas? -

Sin decir nada, se acerco a sus labios, rozando con sumo cuidado estos, como si fueran lo más delicado del mundo, lo más preciado para el.

Y la beso, nuevamente ambos se deleitaron con los labios del otro.

Un extruendoso fuego artificial tapo los gritos de alegría de sus amigos ante esa escena.

Y ellos, al terminar aquel beso, sabían que estarían juntos siempre, por siempre, y pese a todo, donde quisiera que estuviera el uno tan lejos del otro, se pertenecerian.

Fin.

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.Doc.