U N O

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La fría brisa golpea mi rostro con violencia. Sé de sobra que está molesto conmigo.

Pero vamos, no fue totalmente mi culpa.

Veníamos de la fiesta de su amigo Josh. Habiamos bebido y bailamos sin parar. Pero de un momento a otro todo simplemente se salió de control. Hubo una pelea, donde Damián se vió involucrado. El alcohol me jugó una mala pasada y sin darme cuenta estaba dentro del círculo de personas e intentarlo separarlo del chico. Pero este me golpeó, supongo que sin intención.

Damián sujetó mi rostro entre sus dulces manos, sus ojos recorrieron cada centímetro, evaluandome.

—¿Estás bien? —Preguntastó. Asentí con una pequeña sonrisa. —Cuando lleguemos a casa te daré una crema para que te la coloques en la herida. No es grave, pero si te duele, te daré una pastilla.

—Eres todo un doctor.—dije bromeando. Pero eso pareció enfurecerlo. Frunció el ceño.

—¿Estás loca, Aly? No vuelvas a meterte en una pelea.

Hice un puchero, pretendiendo darle ternura, pero con la pinta que llevaba seguramente parecía más un payaso alcoholizado .— Solo quería protegerte.— Susurré. Su rostro se suavizó, empezaba a notar lentamente cómo iban formándose los morados en su piel blanca y suave. Con mi mano acaricié sus  mejillas, queriendo congelar aquel momento para siempre.—No podría soportar si algo te pasara.

Pegó su frente a la mía.—Eso no pasará. Estoy bien. Ahora iremos a casa.—Susurró.

Según las palabras que me susurró después, él no estaba molesto conmigo por lo que llamó "una maniobra estúpida" ya que según él, yo no hubiese podido defenderlo.

Me pego a su espalda, abrazándolo con fuerza. Sintiendo mis cabellos volar gracias a la velocidad a la que vamos. La adrenalina me recorre y me encuentro gritándole a la desolada calle;

—¡Te amo, Damián!

Alyssa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora